Alberto Fernández va en busca de su identidad desde el minuto uno

Sin demasiada antelación, apenas en las vísperas, Alberto Fernández empezó a develar algunas señales de la identidad que pretende darle a su gobierno. Como si cualquier revelación anticipada pudiera poner en riesgo su concreción. Menos superstición que previsión de alguien que conoce los riesgos, las acechanzas y, especialmente, las limitaciones del momento y de su condición.La puesta en escena del anuncio de su gabinete y los gestos y palabras que emitió ayer en Luján, en el contexto de la misa "por la unidad y la paz", son el preludio de lo que buscará explicitar mañana en el discurso de asunción de la presidencia y en el posterior acto celebratorio inaugural, en la Plaza de Mayo.Lo que se vio y se verá se contrapone con aquel comienzo de la semana anterior, cuando lo que parecía volver no era un "perokirchnerismo mejor", sino la grieta más recargada que nunca. La corporizacón flamígera y desafiante de Cristina Kirchner en los tribunales sumada a unas expresiones destempladas y algo amenazantes del presidente electo en las redes sociales trajeron viejos recuerdos y activaron nuevas alarmas.En sentido claramente inverso a esas inquietantes reacciones fueron las amables y sonrientes respuestas de Fernández a los periodistas, el viernes pasado, tras revelar los nombres de quienes lo acompañarán en el gobierno. Igual que la escenificación de una supuesta paridad de género en su equipo o el orden en que nombró a sus colaboradores para construir la imagen de un armónico reparto de lugares entre los distintos espacios que componen el Frente de Todos, sin imposiciones, claudicaciones ni derrotas. Nada fue por azar. Todo estuvo pensado cuidadosamente."Estoy muy contento de haber compartido la homilía de hoy en la Basílica de Luján con @mauriciomacri y dirigentes políticos de diversos espacios. La Argentina que viene necesita del trabajo conjunto de todos. Para eso debemos ponerle fin a esa grieta que tanto daño nos ha hecho", completó ayer Fernández con un tuit después de la celebración religiosa, durante la que se lo vio en un inédito cuchicheo con su predecesor y adversario, Mauricio Macri. Todo muy explícito. Manos tendidas para todas y todos. Bendecidas por la Iglesia del papa argentino.En consonancia con este nuevo derrotero conciliador, una de las primeras señales pacificadoras de la jornada inaugural de su mandato sería la jura, que está previsto que tome la vicepresidente saliente, Gabriela Michetti. El protocolo quedaría a salvo de...

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