Alberto Fernández, el títere al que se le enredaron los piolines
El presidente Alberto Fernández
Hay varias cuestiones para analizar sobre la elección en Corrientes. Algunos rasgos de esa elección no son nacionalizables, son propios de una elección provincial, en una provincia que tiene una tradición política muy sofisticada.
Y que tiene una particularidad novedosa, porque en los últimos años se ha reconfigurado la política correntina. Hay otros datos de la elección que sí son susceptibles de ser nacionalizados. Y hay un tercer orden de fenómenos que pretenden ser nacionalizados aunque sea difícil de hacer.
La elección de Corrientes se veía venir con un resultado contundente a favor de Gustavo Valdés, el gobernador. Es un dirigente radical de larga trayectoria: fue diputado, Consejero de la Magistratura, entre otras cosas.
Y es un hombre que viene haciendo una gobernación considerada como muy eficiente. En otras palabras, Valdés es percibido como un buen gestor. Ha hecho una campaña muy intensa desde el punto de vista territorial y la gestión de Valdés tiene un respaldo muy importante.
Desde la época de Ricardo Colombi -antecesor de Valdés y también radical- hay una forma de construcción política electoral, algo que habitualmente se conoce como ingeniería electoral, que consiste en una gran alianza de distintas fuerzas no peronistas.
En el triunfo de Valdés como gobernador intervinieron más de 30 partidos aliados a él. Con una peculiaridad, que es la que consolida esta alianza: cada partido tiene su boleta y la fiscaliza. De tal manera que cada fuerza sabe cuánto pesa en la balanza al final de la elección.
Corrientes tiene partidos como el Partido Liberal, que viene de Mitre, del siglo XIX; el Partido Autonomista, que es el Partido de Roca. Tuvo después el Pacto Autonomista Liberal, liderado por José Antonio Romero Feris, que gobernó por años la política correntina y que era una alianza entre aquellos dos partidos. Todo eso se fragmentó, se pulverizó, y son esas viejas fuerzas conservadoras las que fueron detrás de Valdés en esta elección.
El radicalismo ha hecho en Corrientes una elección de 30 puntos. Todo lo demás, fueron aportes de estos afluentes, donde intervienen también el Pro, la Coalición Cívica, entre otros.
Estamos hablando de una elección muy contundente, con el 75% de los votos, de un gobernador muy exitoso, con un gran respaldo popular, y a su vez de una coalición donde intervienen muchísimos partidos que se suman al final.
Hay algo que no sabemos si se puede nacionalizar, que queremos saber si se puede o no, que es un nivel de abstención y de voto en blanco muy grande. Pasó en Salta, pasó en una pequeña elección en Córdoba hace poquito también.
Si uno mira las elecciones que se hicieron este año, durante la pandemia y las compara con elecciones similares en esos mismos distritos, el promedio de caída de la participación en este momento es del 13 por ciento. Hay una especie de desenganche de la gente con la política que instaura o abre un interrogante para las elecciones primarias.
Es un interrogante con muchos subinterrogantes. El que no va a votar, ¿por qué no va a votar? ¿Por miedo al Covid o por desencanto y enojo con la política? No es tan fácil saberlo. Y si hubiera votado ¿por quién lo hubiera hecho? También es muy difícil saberlo.
Una encuesta de la consultora Opina Argentina, de la provincia de Buenos Aires, muestra que la gente, que está disconforme, ahora empieza a estar más disconforme con el gobierno de Fernández que con el gobierno de Macri. Y la misma encuesta indica que para la gente los responsables de la crisis económica se encuentran en el gobierno de Fernández más que en el de Macri, por muy poco. Entonces, ¿a quién vota el que no vota?
Hay una franja, según un estudio de la consultora Wonder, que empieza a decir: "Yo recuerdo que con Macri estaba mejor económicamente". Son los juegos de la memoria. No sabemos si estaba mejor o no. ¿La economía estaba mejor? Probablemente sí, porque la pandemia arrasó con todo y porque el Gobierno no ha hecho una gran gestión económica.
Pero hay gente que recuerda o que cree pensar que le iba mejor en aquel momento, es decir, con Macri, que ahora con Alberto Fernández.
Alberto Fernández, Mauricio Macri y Cristina Kirchner
El grado de participación de la gente en la política, el grado de compromiso -en la elección de Corrientes y las anteriores- es algo que puede adelantar lo que puede suceder en las elecciones generales.
Hay un tercer dato en la elección de Corrientes, que tiene que ver con la interna de Cambiemos y especialmente con la interna radical. A los radicales les fascinan las internas. Forma parte del espíritu del radicalismo y es propio de un partido de la oposición: el control del partido es muy importante porque es lo único que se puede dominar cuando se está fuera del poder.
Hay una discusión todavía poco nítida por la presidencia del radicalismo, que se renueva a fin de año, donde se recortan borrosas las figuras de Gerardo Morales y de Martín Lousteau.
Un sector del radicalismo tiene más afinidad o son más amigos -como se dice en la UCR- de Gustavo Valdés. Ellos fueron todos a celebrar el triunfo y en alguna medida a apropiarse de la victoria.
Gustavo Valdés reelecto como gobernador de Corrientes
Por eso, esto de Corrientes no solamente tiene que ver con el comité nacional, tiene que ver con la competencia entre los que van con María Eugenia Vidal en la Capital -es decir, con la conducción del partido en la Capital- y los que van en la lista enfrentada a la conducción partidaria, que es la de Adolfo Rubinstein, Facundo Suárez Lastra, Luis Brandoni. Ellos se sienten más ligados a Valdés.
Y el que más...
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