Alberto Fernández y los recortes a las arcas porteñas

El sorpresivo anuncio del candidato a presidente del Frente de Todos respecto de que analiza reducir recursos de la ciudad de Buenos Aires en favor de las provincias para el caso de que llegue a ganar la presidencia en los próximos comicios es al menos apresurado.Podría decirse, sin temor a cometer un error, que es también demagógico por cuanto antes de lanzar una propuesta en ese sentido, con el fin de asegurarse un eventual mayor apoyo político a su candidatura de parte de los gobernadores, urge estudiar a fondo el desastre que implica hoy el marcado desequilibrio en la relación fiscal entre la Nación y las provincias, el abusivo gasto público en distritos que permanentemente reclaman asistencia federal y la licuación de las remesas nacionales en beneficio de esas provincias deudoras.Todo ello tiene estrecha vinculación con una deuda legal sumamente añeja e inexplicable. Durante la reforma de la Constitución nacional, en 1994, los convencionales reformadores dispusieron que el país debía darse una nueva ley de coparticipación federal de impuestos para antes de que concluyera 1996. Y la realidad da sobradas muestras de que no se ha avanzado ni un paso firme en esa dirección.Por el contrario, se crearon y aumentaron impuestos no coparticipables haciendo crecer la porción de torta reservada a la Nación. El uso discrecional de esos fondos se transformó en una constante entre los sucesivos titulares de los poderes ejecutivos nacionales, que decidieron utilizar esas partidas de manera discrecional, como modo de sometimiento político de los distritos. El caso más extremo se verificó durante los gobiernos kirchneristas, líderes de esa deformada situación que bien puede denominarse unitarismo fiscal.Es necesario reestablecer responsabilidades: que cada uno gaste lo que recauda y que los ciudadanos puedan ejercer un contralor directo y eficiente de dónde van esos fondos. Las políticas de clientelismo y el gasto improductivo llevaron inexorablemente a la profundización del déficit fiscal argentino.Si no hay correspondencia fiscal, se seguirá alentando el uso de la billetera "ajena" de los fondos nacionales y ese no es el camino.Tampoco es el camino usar la campaña electoral para intentar dar señales de federalismo anunciando recortes injustificados de fondos a la ciudad de Buenos Aires. "Para desgracia de los porteños, soy el más federal de los porteños", ha dicho el candidato opositor Alberto Fernández, al frente de la propuesta para rebanar...

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