Alberto Beraldi. El abogado de elite que defiende a Cristina y se reconvirtió en militante del lawfare

Alberto Beraldi tiene aspecto incombustible. Pueden decirle las peores barbaridades de sus clientes, y él siempre conserva las formas y desgrana respuestas jurídicas puntillosas, con conocimiento técnico. Puede argumentar con serenidad, sin levantar la voz.Por esa capacidad de análisis, su experiencia como penalista, sus conocimientos de derecho procesal y su temple lo eligió Cristina Kirchner como su abogado cinco días antes de dejar el Gobierno en 2015, suponiendo que durante la gestión de Mauricio Macri se iba a complicar su situación judicial por las causas de corrupción que enfrentaba.Hoy además de defenderla en todos sus expedientes judiciales, menos el del , la vinculados al funcionamiento de la Justicia. Le adjudican a Beraldi ser el autor las ideas centrales de la que defiende el Poder Ejecutivo. Y, como miembro del consejo asesor presidencial, empezará desde hoy a tallar en la definición sobre el futuro de la Corte Suprema. Alberto Fernández decidió nombrarlo en esa suerte de "consejo de notables" aunque amigos personales y alguno de sus ministros lo desaconsejaban porque la incorporación del abogado de la vicepresidenta a una comisión sobre el tribunal donde tramitan sus recursos podría ser leída como un intento de impunidad contrario a las declamadas buenas intenciones de los proyectos reformistas.A los 60 años, a Beraldi lo reconocen por la calle y le piden selfies, cuentan sus allegados. Expresiones inusuales para un abogado, aunque no tanto si se trata del defensor de Cristina Kirchner.Casado, con dos hijas (una publicitaria y la otra licenciada en Letras), antes de las 8 de la mañana caminaba a diario caminaba los pasillos de Comodoro Py 2002 cuando estaba abierto al público previo a la . Saluda a camaristas y a ordenanzas: lo conocen todos.Hace 40 años que trabaja en cuestiones judiciales, pero en los últimos cinco vive una transformación, desde que empezó a mezclar su perfil técnico con un discurso político alineado con la idea de la "persecución judicial" contra su clienta y la teoría del "lawfare", que supone una conspiración político-mediática contra dirigentes populares y que para juristas de renombre es apenas una argucia para evitar responder sobre las acusaciones de corrupción.Beraldi explica que lo único que hizo de nuevo fue salir en TV. "Los niveles de arbitrariedad lo exigían", justifica él. Sus amigos y algunos funcionarios judiciales dicen que, en realidad, la defensa pública es parte de sus servicios jurídicos."Alberto está pasando...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR