Alan Pauls: 'Lo genial de Capote es cómo convierte lo real en otra cosa'

Si se pensara en la relación de Alan Pauls con la traducción, lo primero que vendría a la cabeza sería uno de los personajes de su novela El pasado, ese que se droga para traducir, o más probablemente traduce para drogarse. Considerada de esta manera, la traducción es también una droga. Pero hay otras razones para detenerse en la relación entre uno y otra (Pauls y la traducción). En lugar de imaginar un personaje, es ahora el propio Pauls quien es traductor. Son suyas las versiones de Los primeros cuentos (Lumen), la serie de relatos hasta ahora inéditos que Truman Capote escribió muy joven, cuando todavía no era Capote. Y no lo era, pero, en cierto modo, lo era ya, según Pauls, de una manera prácticamente definitiva. "Capote es un escritor que me gusta mucho. Esos textos son del momento en que empezó a escribir, a los 17 o los 18 años. Son cuentos hipermaduros. Parecen escritos por alguien que iba a talleres literarios, pero no era el caso de Capote", dijo ayer, en una entrevista en el stand de LA NACIÓN. "Están escritos como se escribe un cuento tradicional americano; son cuentos muy sureños. A partir de ahí, Capote empieza a ser Capote."

-¿Hay algo que hayas tomado de Capote para tu trabajo? Pienso, por un lado, en el libro Temas lentos, con tus crónicas y colaboraciones periodísticas y, por el otro, en la novela. El periodismo y la ficción parecen en tu caso dos campos bien diferenciados, no así en Capote.

-Después de leer Color local, en una época en la que me dedicaba al...

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