Los ajustes de producción y el voto anticipado en 2015

Un experto del mercado de granos pedía un deseo para el año que acaba de comenzar: "Que no sea la Argentina la que tenga que hacer el ajuste". Su pedido se debe al principio de que a que cuando la oferta global de granos excede la demanda, los precios bajan y en alguno de los principales países productores se recorta la producción. A los fundamentos internacionales, el país le agrega su folklore local y hace sus propios ajustes antes de que se lo pidan. Es lo que ocurre con el maíz. El motivo principal de la caída del área sembrada es la intervención del Gobierno en el mercado mediante los cupos de exportación que anulan la competencia entre exportadores e industriales. Así, se destruye la formación de un precio genuino. Esto también sucede con el trigo. Si en la cosecha 2014/15 se levantan dos millones de toneladas más que en 2013/14 es apenas por cuestiones climáticas. La intervención en el mercado ha llegado a niveles absurdos. Paradójicamente, "el trigo será el primer cultivo con el que votará el campo en 2015", afirma el CEO de una compañía líder del agro. Con la decisión de siembra de la campaña 2015/16 en abril y mayo próximo los productores expresarán si confían en la intención de cambio que quien se haga cargo de la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre próximo.

"En los ciclos de precios bajos hay que insistir en la industrialización de la materia prima", opina Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio). "Hay que aumentar la industrialización de granos en carnes, lácteos y energía", afirma, aunque también cree que "tiene que haber un marco de seguridad jurídica que atraiga las inversiones". En su opinión, la demanda mundial de alimentos seguirá siendo elevada en los próximos años. Para aprovechar esas oportunidades, cree que debería haber un cambio en el concepto de la defensa de la mesa de los argentinos. "Es un desafío grande, si hay que subsidiar los alimentos se debería adoptar un esquema eficiente", opina.

Igual de grande es el desafío que se presenta con China. A raíz del acuerdo aprobado con ese país por el Senado, se reavivó el debate sobre el tipo de vinculación con el gigante asiático. Más que considerarla como una cuestión de dependencia, la soja puede traccionar el ingreso de productos argentinos a China y la captación de inversiones en infraestructura. Por ejemplo, Sancor vende leches infantiles a China y el laboratorio Biogénesis-Bagó instaló una fábrica de vacunas antiaftosa...

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