Militantes ajustados al protocolo, sin banderas ni cotillón partidario

Cuando levantó http://www.lanacion.com.ar/1667820-anuncios-frases-y-retos-los-discursos-de-cristina-kirchner-ante-la-asamblea-legislativa

para la arenga final, las palabras de se mezclaron con los aplausos de los legisladores oficialistas. Entonces, desde lo más alto de las galerías que rodean el recinto de la Cámara de Diputados, los militantes kirchneristas lanzaron la sorpresa que tenían preparada para el cierre de la ceremonia. Sobre la cabeza de los diputados de la oposición cayó una lluvia que descolocó a más de uno: no eran panfletos a favor de la Presidenta, sino pétalos de rosas.

Fue el epílogo de http://www.lanacion.com.ar/1668548-frases-imperdibles-discurso-cristina-kirchner-perlitas-detalles

, alejado de los modos que el kirchnerismo convirtió en costumbre.

En sintonía con el tono conciliador de la Presidenta, la militancia dio su respaldo a Cristina Kirchner, pero sin confrontar con la oposición, que debió archivar su advertencia sobre una retirada anticipada del recinto. Fue un acto prolijo, de formas cuidadas.

Habitantes exclusivos de la tercera bandeja de galerías, los militantes se apegaron de manera estricta a las reglas del protocolo parlamentario. No colocaron banderas en los palcos, no tiraron papelitos y sólo se manifestaron con aplausos.

A diferencia de lo que pasó en los años anteriores, la Presidenta no debió interrumpir nunca su discurso por los cantitos de sus seguidores. Muchos de ellos portaban banderitas argentinas individuales, un elemento más propio de un cacerolazo que de una barra peronista.

Con Guillermo Moreno en Italia, este año tampoco hubo cotillón anti-Clarín. En el palco donde solía ubicarse el ex secretario de Comercio, en la primera bandeja, se sentó Luis D'Elía, junto a otros dirigentes de las agrupaciones de Unidos y Organizados. En ese mismo piso estaban Gabriel Mariotto, Oscar González, Hebe de Bonafini, Estela de Carlotto, Ricardo Forster, Mariano West, Julio Pereyra, Francisco Gutiérrez, Omar Viviani, Víctor Santamaría, Diego Bossio y Mariano Recalde, entre otros.

El cambio de actitud de la militancia no fue una casualidad. Las últimas dos semanas, los jefes de las bancadas radicales, Mario Negri (Diputados) y Gerardo Morales (Senado), habían avisado que dejarían el recinto en caso de ser blanco de agresiones del público kirchnerista. "Ante el primer cascotazo de La Cámpora, nos vamos a mirarlo por televisión", había dicho Morales. La advertencia surtió un rápido efecto en los organizadores...

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