Agüita fresca

Rubia, atractiva, 36 años, con ojos de un celeste intenso y suficientes curvas como para haber merecido ocupar la portada de la Playboy rusa. Nada raro para una actriz, con catorce películas en su haber, que además se convirtió en famosa presentadora de TV.

El problema es que a Ksenia Sobchak se le ha ocurrido también ser la única candidata mujer a la presidencia de la ex Unión Soviética para competir contra el número puesto de esa contienda, Vladimir Putin, y seis señores más.

Tampoco ese sería el principal escollo porque ya sabe que se trata de una batalla perdida. Lo que pone en evidencia Sobchak con su muy visible campaña, es el machismo ramplón que todavía abunda en su país.

"No hay que traer de la calle a verduleras. Esto es un asco. ¡Que cierre el pico!", la maltrató en un...

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