'Aguante' sin límite: el interrogante del rock barrial, tras el caso de Pity Álvarez

"Y es así, la vida de un obrero es así, la vida en el barrio es así y pocos son los que van a zafar", cantaba Cristian "Pity" Álvarez en "Homero", el tema de Viejas Locas (integra su tercer disco, Especial, de 1999) con el que terminó de darle real dimensión al llamado rock barrial. Del aguante, la cerveza, la esquina y el rocanrol ya se había hablado mucho, pero Pity agrega a la fórmula un imaginario concreto de sacrificio e injusticia que convive con el lumpenaje (Homero, al volver de trabajar, "pasará dando saludos y monedas a unos vagos"), y así se aleja de toda caricatura para pintar con precisión quirúrgica el auténtico paisaje suburbano.La calle no es algo que escasee en nuestro rock, pero nadie la describió con más profundidad que Pity. Una posible excepción es 2 Minutos, banda cuyo disco Valentín Alsina (1994) fue una radiografía de la vida joven en los suburbios en aquellos años menemistas. Sin embargo, el grupo liderado por Mosca Velázquez venía de otra estética, el punk rock, mientras que lo que se conoció como rock barrial en los 90 (también llamado despectivamente "rock chabón") coqueteaba con cierta influencia de los Rolling Stone más o menos explícita. Todo había comenzado de una manera menos programada y calculada con Los Ratones Paranoicos, Los Piojos, Caballeros de la Quema, Bersuit Bergarabat y Los Redonditos de Ricota, como los baluartes indiscutidos de lo que se consideraba compromiso y "aguante". Hacia fines de los noventa existían muchísimas bandas que se enrolaban en esa escena musical e incluso hubo una estética que terminó por definirse como los "rolinga" para identificarlos. Pero en la primera década del 2000, luego de la tragedia de Cromagnon, esa cultura comenzó a declinar, los tiempos cambiaron. Callejeros fue quizá la última banda importante de esa tendencia, aunque también terminó de la peor manera.El roce con la autoridad también era parte del discurso de este subgénero, arriba y abajo del escenario. Más allá de alguna demora en razzias en los años oscuros, pocos artistas pasaron de la poesía a la realidad en este campo. Pity, en cambio, culmina con el asesinato de Cristian Díaz (por el que acaban de procesarlo bajo la carátula de homicidio agravado por el uso de arma de fuego), una serie de encontronazos con la policía, denuncias y conductas delictivas que empezaron allá por 2006, cuando se lo acusó de hurtar un remise y abandonarlo al costado de la ruta, en la provincia de Entre Ríos.Cuatro años más...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR