Agroquímicos: en el primer juicio por homicidio, absolvieron al productor

GOYA.- Las hermanas Arévalo compartían unos mates bajo la sombra de un gomero a orillas del Paraná. Es el fondo del terreno familiar, donde se erigen una decena de casas, algunas de material y otras de machimbre, en el paraje Puerto Viejo, de Lavalle, Corrientes. Del otro lado del terreno, cruzando una calle de tierra de unos 12 pasos de ancho, detrás de un alambre de púa, se ven los invernáculos donde cultivan tomates. Hundida en una silla, rodeada de sus familiares, Gladys Arévalo dijo, con una voz apenas audible: "Yo no me voy a olvidar nunca de esto". No logra hablar más. Fue una semana intensa: presenció todas las audiencias y testificó ante el tribunal sobre la muerte, ocurrida en 2011, de su hijo Santiago Nicolás, en ese entonces de 4 años, y las lesiones que sufrió su sobrina Celeste Estévez, de 5.

Todavía no sabían que el Tribunal Oral Penal de Goya absolvería finalmente al productor hortícola Ricardo Nicolás Prieto por el homicidio y las lesiones culposas. La querella había pedido cuatro años de prisión efectiva y la fiscalía, tres años de prisión condicional, por considerar que Prieto había desplegado una conducta negligente cuando, sin controlarlo personalmente, hizo fumigar por sus operarios sus plantaciones de tomate con las cortinas de los invernáculos levantadas, lo que habría permitido que los tóxicos del plaguicida endosulfán se propagaran por la acción del viento hasta el terreno lindero donde jugaban los dos chicos, lo que les habría provocado la muerte y las lesiones. La defensa, que había pedido la absolución, sostuvo durante el debate que el agente tóxico habría sido la Cassia occidentalis, una planta de la zona que los chicos podrían haber ingerido.

Se trata de un caso inédito en el país: es la primera vez que se debatió en un juicio oral la posible responsabilidad penal de un productor agrícola por una muerte y lesiones por intoxicación con agroquímicos. El tribunal sólo contó con un antecedente, en Córdoba, en 2012, donde la Justicia aplicó la ley de residuos peligrosos por la contaminación ambiental por parte de un productor que usó agroquímicos (ver aparte).

Pero el caso Arévalo no es el único en la zona: por otra muerte ocurrida en 2012, también en Puerto Viejo, la de Juan Carlos "Kily" Romero, de 4 años, la justicia correntina procesó en septiembre a otro productor hortícola por presunto homicidio por intoxicación con agroquímicos, en este caso no por órganos clorados, sino por fosforados.

Hoy no existe una...

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