En lo agreste

TEXEL, HOLANDA.- Las crines, casi un jopo que quiere ser parte de la maleza. Son aires del Mar del Norte los que respira el pequeño caballo konik. Clima ríspido y bello, parte de una Holanda que aquí, en este diminuto rincón de la isla Texel, podría pensarse despojada y agreste. La ceniza del cielo que se adivina al fondo -el frío blanquecino del invierno- parece hermanarse con el robusto y quizás ensimismado caballito, con el verdor más bien tímido, más bien áspero, que lo rodea. Librado de las tareas rurales que solían tocarles a los de su especie, este konik vaga...

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