Agresivos, apurados e infractores: cómo somos los argentinos al manejar

Para muchos, manejar es una actividad de distensión. Otros, en cambio, se fastidian ante los congestionamientos, bocinazos y demoras recurrentes en el tránsito de la ciudad. Hay quienes al volante siempre mantienen la calma pero existen aquellos que cualquier maniobra inesperada en el entorno les motiva un insulto. En una radiografía de los hábitos de los ciudadanos al manejar realizada el año último, la London School of Economics tipificó en siete personalidades a los conductores europeos. Entre ellos aparecen modelos como el justiciero (castiga y pretende pelear a los que, según su opinión, hicieron una mala maniobra), el fugitivo (no interactúa con su entorno y se aísla en su auto con música) o el competitivo (viaja apurado y busca siempre la manera de adelantarse a los demás), esquemas que presentan rasgos muy familiares entre los conductores que recorren las calles y rutas en esta parte del mundo.

Más allá de estas características, para el antropólogo del Conicet e investigador en temas de ciudadanía vial Pablo Wright, el perfil de los argentinos al volante está directamente ligado a sus hábitos culturales en los diferentes aspectos de la vida cotidiana. "Cómo sos como ciudadano, cuánto respetamos las normas son cosas que se aprenden. Los argentinos manejamos como somos en general. Como ciudadanos hacemos una interpretación muy creativa de las normas, somos muy caprichosos y totalmente individualistas -describe Wright, quien obtuvo su doctorado en la universidad de Temple (EE.UU.) con investigaciones sobre la temática y actualmente es docente en la UBA-. Entonces, la ciudadanía vial es coherente y coincide exactamente con cualquier otra forma de ciudadanía en la Argentina. Así como somos con los impuestos o con las leyes, somos en relación a las reglas viales y eso se ve en rasgos como el desdén a la norma o el comportamiento riesgoso", agrega.

En esa misma línea se ubica el ingeniero Fabián Pons, presidente del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam), entidad especializada en la investigación y análisis de las problemáticas viales. "Lo que se ve en general en las grandes ciudades del país es un alto nivel de agresividad en el manejo y que somos muy irrespetuosos hacia el prójimo. Eso se demuestra al circular por banquinas, moverse sin indicar el giro con las luces, cometer errores e insultar a la persona que se perjudicó o no por respetar las señales de tránsito", sostiene el especialista.

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