Cuando el daño afecta los servicios esenciales

Más allá del daño en bienes muebles e inmuebles de valor incalculable, el vandalismo también afecta en la Capital instalaciones de servicios públicos, como la higiene urbana, el alumbrado, la distribución de energía y el subterráneo.La rotura y el robo de contenedores de residuos surgió a la par de la colocación, hace cuatro años, de estos recipientes. De los 15.000 contenedores emplazados -según el gobierno porteño- en las calles de distintos barrios de la ciudad, sólo en los primeros cinco meses de 2011 debieron ser repuestos 2598 por destrucción de sus tapas, quemaduras, sustracción de ruedas o robo del recipiente completo, con una inversión de 4 millones de pesos.Las luminarias públicas no quedan exentas de ataques. Según voceros del Ministerio de Ambiente y Espacio Público local, el robo de cables se produce a partir de la rotura de las columnas de alumbrado y, desde allí, hasta del tendido aéreo. En algunos sectores de la ciudad, como los alrededores de las canchas de Huracán, Vélez y San Lorenzo, el puente Alsina, el Rosedal, Barrancas de Belgrano y el corredor de plazas de la Avenida del Libertador se destrozan, además, los artefactos lumínicos...

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