Advertencia: tras disparos contra un hogar parroquial, el arzobispo de Córdoba pidió evitar que su provincia se convierta en Rosario

Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba, preocupado por el avance de los narcos

CÓRDOBA.- "Solemos decir que esto no es Rosario todavía. Estamos en un momento donde casi depende de nosotros que esto no sea Rosario, pero si nos descuidamos va a serlo en tres meses o ya lo es ". De esa manera, el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, lanzó la advertencia pública tras dos ataques que sufrió el predio donde trabaja el cura Mariano Oberlin, que lleva años combatiendo el narcotráfico y trabajando por la recuperación de los jóvenes.

Ya en 2016, el antecesor de Rossi, Carlos Ñáñez, 50 sacerdotes, funcionarios provinciales, opositores y 800 personas participaron de una misa en apoyo a Oberlín, quien denunció las amenazas que habían recibido las "madres del paco" después de una nota publicada por LA NACION . Entonces, las autoridades de la arquidiócesis de esta provincia se encolumnaron en un "decidido apoyo a las "madres del paco" , que tratan de salvar a sus hijos.

Ante los ataques registrados en las últimas semanas -denunciados por Oberlin en Facebook y en comisarías-, Rossi dijo que son "muy dolorosos" y que son "un símbolo casi en caricatura de lo que estamos viviendo, que no es sólo ahí y está generalizada en los barrios. Esa parte triste del manejo de la droga , de la violencia, no es nuestro pueblo, son algunos cebados seguramente por intereses de plata y que son los que nos hacen tanto daño". El Arzobispo habló con Mitre Córdoba .

Ya le habían robado al cura en la villa y, después, atacaron a balazos predio en la zona de Campo de la Ribera, en la capital cordobesa. Fue el martes pasado por la tarde; un hombre se asomó a la tapia del lugar, blandiendo una escopeta de caño recortado.

"Yo repito lo que me dicen, porque no entiendo nada de armas. Hizo dos disparos sobre el predio en la zona donde tenemos una granja y había un par de chicos trabajando. Gracias a Dios, no pasó nada, pero podría haber sido gravísimo si le pegaba a alguno", contó el sacerdote. El atacante escapó en un auto.

"Los chicos de la granja alcanzaron a verlo. A 60 metros, había una garita de la policía en la costanera, pero nadie escuchó ni vio nada. Pasó el auto por el frente del colegio, donde hay cuatro policías custodiando a los chicos cuando salen y tampoco nadie vio nada. El vehículo casi chocó a un colectivo. Uno de los chicos nuestros, que estaba con una palita mecánica...

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