Adolfo Suárez, un hombre para honrar. Mirador Global

Hiper-Texto I

Respetar y aprender

A los argentinos y a los hermanos que habitan nuestro suelo, sólo nos queda el silencio y la oración por la muerte de Don Suárez y el aprender tanto del rey Juan Carlos y de Don Suárez que la convivencia del día-a-día se logra con la sensatez de comprender al otro y con la solidaridad de mirarse en su rostro del otro y ayudarle en sus necesidades.

Rodolfo Capón Filas

Hipertexto II

Adolfo Suárez, mensajero de esperanza y artifice de la reconstitución de España en el postfranquismo.

Querido Rodolfo, estimo mucho la atención prestada y el espació destinada al recuerdo de Adolfo Suárez.

Su muerte me conmueve en forma particular. Como el destino me vinculó con la gestión del Encargado del Rey para conducir la transición de la dictadura a la democracia, podia presnciar la gestión de Adolfo Suárez en frente de la presidencia y del Gobiernio de España desde el principio hasta el fin. Su primera elección y su reelección, su resuelta resistencia contra el subelevantamiento de una parte de la fuerza del Orden (Guardia civil), su papel constructivo en el proceso preparativo de la nueva constitución erán momentos impactantes en mi mision de representante de la Fundación Konrad Adenauer en España. Podia observar y estudiar el estilo de gobernar, su manejo de la politica interna y externa, sus relaciones con los partidos politicos (tanto del gobierno conmo de oposición) , con sindicatos y asociaciónes empresariales, civiles, religiosas. En todos estos aspectos tenia la impreción clara y persistente que Adolfo Suárez era un gobernante indicado para su rol historico. Su repentina renuncia, hasta hoy misteriosa, tanto para la mayoría como para mi, me impactó hasta me iritó bastante. Sobre todo porque las razónes no fuerón en absoluto : obvias. Las circunstancias de este desenlace, nunca se esclarecierón. Lo unico qué me consta: La resignación era el punto final de una intriga. En su retiro se mantenia sumamente discreto. Nunca se quejaba por la deslealdad que obviamente le molestaba tanto para retirarse de su “unico oficio que sabia” según su propia confesión. El cariño y el afecto de la Nacion , que se manifiesta en estos momentos, dejan entrever tambíen la brecha que divide la gestión en estilo y manejo entre Adolfo Suárez y sus sucsesores.

Que en paz descansa este hombre del bién común en su verdadero sentido.

Manfred Huber

Königswinter, Alemania

Textos

1.670 días que cambiaron España

Desde su nombramiento por el Rey en 1976 hasta su dimisión en 1981, Suárez tejió la democracia a base de profundas reformas legales y grandes consensos

José Manuel Romero Madrid 23 MAR 2014 - 22:24 CET37

El País, es, 24.03.2014

Llegó al poder sin democracia, por designación real, el 3 de julio de 1976. Cuando lo abandonó, el 29 de enero de 1981, tras dos elecciones exitosas y una dimisión traumática, la democracia funcionaba con plenas garantías. Adolfo Suárez (1932-2014), el hombre que guio a su país de las sombras a las libertades, levantó en esos años el edificio de la democracia a base de profundas reformas legales y grandes consensos. Fueron 1.670 días que cambiaron España.

Una ley para enterrar la dictadura. La Ley para la Reforma Política llegó cuando la dictadura aún paseaba por el Congreso y los principios fundamentales del Movimiento sujetaban a duras penas el modelo franquista de Estado. El 18 de noviembre de 1976, las Cortes Generales aprobaron por 425 votos a favor, 59 votos en contra y 13 abstenciones la Ley 1/1977 presentada 11 meses antes. La norma que abría la puerta a la democracia en España fue ratificada en referéndum sólo uno mes después con el 80% de votos a favor y una participación altísima (77%).

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Esa Ley imponía la soberanía popular, el derecho de voto de todos los españoles a partir de los 21 años, dos cámaras (Congreso y Senado) cuyos representantes eran elegidos en sufragio universal, libre, directo y secreto. Una quinta parte de esos representantes eran designados directamente por el rey.

Legalización de los partidos políticos. Con la Ley de Reforma Política vigente, se inició la legalización de los partidos políticos (entre enero y abril de 1977). “No es buena política la de cerrar los ojos a lo que existe”, declaró Suárez para justificar la legalización del PCE. “No solo no soy comunista sino que rechazo firmemente su ideología (...) pero sí soy demócrata, sinceramente demócrata. Nuestro pueblo es suficientemente maduro para asimilar su pluralismo”,

Disolución de las Cortes franquistas: elecciones generales. El 15 de junio de 1977 se convocan las primeras elecciones democráticas. La UCD gana con el 34% de los votos. El PSOE roza el 30% y el PCE se queda en el 9%. Suárez preside el primer Gobierno democrático, sin mayoría absoluta en el Parlamento.

La Ponencia Constitucional. Las nuevas Cortes arrancan con el mandato de redactar una nueva Constitución que proclamaba que la soberanía nacional reside en el pueblo español, consagraba el Estado de las Autonomías y la monarquía parlamentaria como forma de Gobierno. Mientras se debate el texto legal, el Ejecutivo amnistía a los últimos presos políticos que quedaban en España.

Los Pactos de la Moncloa. Con las Cortes trabajando en la redacción de la Norma Fundamental para la convivencia democrática en España, el Ejecutivo impulsa con la oposición los denominados Pactos de la Moncloa, dos acuerdos muy relevantes en matería económica (derecho a la asociación sindical, límites de subida salarial similares a la inflación existente en esos momentos, devaluación de la peseta y reforma fiscal) y jurídico-politica (se incluyen los derechos de reunión, asociación política y libertad de expresión) que firmaron el 25 de octubre de 1977 los líderes de los principales partidos y CC OO.

Suárez cocinó aquellos pactos en conversaciones previas con Felipe González y Santiago Carrillo para garantizarse una cierta estabilidad, dado que su partido no tenía mayoría absoluta en el Congreso.

Ley de Amnistía. La capacidad de consenso que demostró Suárez facilitó también una Proposición de ley que presentaron cuatro grupos parlamentarios (UCD, PCE, PSOE y minorías vasca y catalana). Una normativa aprobada en octubre de 1977 para apuntalar la convivencia que en su artículo primero señalaba:

“Quedan amnistiados:

  1. Todos Ios actos de intencionalidad política, cualquiera que fuese su resultado, tipificados como delitos y faltas realizados con anterioridad al día quince de diciembre de mil novecientos setenta y seis.

  2. Todos los actos de la misma naturaleza realizados entre el 15 de diciembre de 1976 y el 15 de junio de 1977, cuando en la intencionalidad política se aprecie además un móvil de restablecimiento de las libertades o de reivindicación de autonomías de los pueblos de España.

  3. Todos los actos de idéntica naturaleza e intencionalidad a los contemplados en el párrafo anterior realizados hasta el 6 de octubre de 1977, siempre que no hayan supuesto violencia grave contra la vida o la integridad de las personas”.

El sindicalista Marcelino Camacho, diputado del PCE, señaló entonces: “Queremos abrir la vía a la paz y a la libertad. Queremos cerrar una etapa; queremos abrir otra. Nosotros, precisamente, los...

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