Adolfo Cambiaso. A los 45, la gloria, el hijo, el golpe económico y la necesidad de reformularse

A su edad, muchos ya están retirados. En otros deportes lo están desde hace rato, pero pasa incluso en el longevo polo. Al menos, retirados del más alto nivel. Adolfo Cambiaso, en contraste, sigue ahí. Y no sólo participando: ganando. Él mismo se sorprende de algunas cosas que está haciendo a los 45 años. Una edad en la que, con cuidados y entrenamiento, físicamente está mejor que a los 30 y largos.En julio ganó el torneo más trascendente que existe hoy fuera de la Argentina, el Abierto Británico (Copa de Oro). Y se dio un gustazo: lo hizo junto a su hijo, "Poroto", de 14 años.Ya en la corta temporada argentina, comprimida por la misma pandemia que había dejado a medias el circuito de Palm Beach y que tendría una incidencia extra en el 2020 de Cambiaso, se le abrió una ventana al adolescente. Se fracturó Juan Martín Nero y entonces Adolfito eligió como reemplazante al chico que usa un casco igual al de él, y que había sido subido de urgencia de 4 a 6 goles de handicap para que pudiera participar en los abiertos de Tortugas, Hurlingham y Palermo. Poroto jugó los dos primeros, pero La Dolfina estaba demasiado disminuido: se desgarraron también Pablo Mac Donough y David Stirling y el equipo perdió muchísimo potencial. En la final de Tortugas fue goleado por Ellerstina, y no llegó a la de Hurlingham. Impensado en la vieja normalidad.Para Cambiaso, el único sano de los titulares, Poroto había mostrado en la cancha que estaba listo para la Triple Corona. Pero la esperanza de corto plazo era que La Dolfina se presentara con sus cuatro piezas originales en el Argentino Abierto, quizás el último de la formación nacida en 2011 y siempre campeona en La Catedral salvo en 2012.Protagonizar el mejor certamen del mundo con su hijo era un objetivo de Adolfito, pero más a largo plazo. La prioridad inmediata era la de siempre: ganar ese cetro. Sobre todo si iba a ser la última oportunidad, porque los cuatro sentían que diez años, y superexitosos, ya estaban bien, ya eran suficientes. Que era tiempo de ir tomando sus nuevos caminos: Cambiaso, con su hijo y Pelón Stirling; Mac Donough, con su emprendimiento familiar, La Irenita, y Nero, en alguna de las dos posibilidades o una tercera.Pero las lesiones...

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