ADN del crimen: el último engaño del monstruo de Ravignani

Jorge Mangeri fue condenado a prisión perpetua por el homicido de Ángeles Rawson

Leonardo Gelso separaba elementos para reciclar entre las bolsas de basura desparramadas en la cinta transportadora N° 3, de la planta de clasificación de residuos de la Ceamse, a un costado del Camino del Buen Ayre, en José León Suárez. En ese momento, observó la parte de un cuerpo que sobresalía de una bolsa. Entonces, decidió alertar a su jefe. Al correr el plástico, advirtieron que ese cuerpo, sin ropa, correspondía a una adolescente. Eran 11.20 del 11 de junio de 2013 cuando la actividad en la planta de reciclaje se detuvo ante el hallazgo del cadáver de Ángeles Rawson .

La noche anterior, la familia de la menor, de 16 años, y sus compañeras del colegio Virgen del Valle, de Palermo, habían iniciado una búsqueda desesperada para tratar de encontrar a la adolescente que había sido vista por última vez el 10 de junio, a las 9.40, cuando se despidió de sus amigas, luego de participar en la clase de educación física.

Dos años después, Jorge Néstor Mangeri, portero del edificio de Ravignani 2360, fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de Ángeles.

Entre otros elementos, para esclarecer el asesinato resultaron clave las grabaciones de cámaras de seguridad, que determinaron que la menor llegó a su casa y que nadie la interceptó en el trayecto que recorrió desde que se despidió de sus compañeras hasta que ingresó en el hall del edificio, donde se encontró con Mangeri.

Ángeles Rawson tenía 16 años

Para la Justicia quedó probado que el portero, con la excusa de entregarle a Ángeles unas facturas de servicios la llevó al sótano del edificio donde la asesinó después de abusar sexualmente de la víctima.

Después de estrangular a la adolescente con la mano derecha y tapar su boca y nariz con la mano izquierda, Mangeri dejó el cuerpo de la menor durante cinco horas en el sótano. Más tarde el imputado acopió las bolsas de basura y acondicionó el cuerpo de la víctima para que pudiera cubrirse con una bolsa de consorcio y así sacarlo del edificio.

Durante la investigación del femicidio de Ángeles, los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal intentaron establecer, en qué momento Mangeri pudo mover el cadáver de la víctima sin que ninguno de los habitantes del inmueble o los vecinos de Ravignani al 2300 pudieran verlo.

Ese misterio fue revelado dos años después del femicidio. Y la respuesta a esa pregunta figura en la página 251 de la sentencia...

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