ADN del crimen. Un menor que no dudaba en matar había elegido a jubilados como objetivos de su salvaje banda

Fecha de publicación24 Agosto 2024
Un menor era el jefe de una banda criminal en el conurbano Tiene 17 años y lo acusan de comandar una banda que se dedicaba a romper las ventanas de las viviendas para sorprender a los dueños, la mayoría jubilados, y robar todo lo que podía cargar en un Volkswagen Bora. Tal era la violencia que aplicaba en los asaltos que, el 22 de marzo torturaron hasta matar a Daniel Velázquez, de 81 años. El adolescente que comandaba al grupo delictivo no dudó en asesinar al dueño de casa porque creyó que se negaba a decir dónde guardaba el dinero de una supuesta operación inmobiliaria Pero la víctima no había realizado venta alguna ni tenía dinero. A Y. C -tal como se identificó por sus iniciales al jefe de la banda debido a que es menor-, le habían entregado un dato equivocado "No grites. Cállate la boca ¿Cuál de estas llaves abre la puerta?", preguntaba el delincuente que despertó a Ramona que descansaba en una de las habitaciones de su casa, situada en Grierson 1805, en Luis Guillón, partido de Esteban Echeverría Aturdida y amenazada por los gritos y los golpes que le propinaba el ladrón, Ramona, alcanzó a señalar la llave. Entonces, el delincuente se dirigió a la puerta principal y franqueó el acceso de dos cómplices que esperaban en la calle. "Dónde están los dólares. Dónde tienen las armas y las joyas. Mira que te vamos a robar todo", advertía el ladrón que comandaba al grupo. "Solamente tengo $50.000. Revisa todo", expresó Ramona, mientras escuchaba los gemidos de dolor de Daniel, su esposo, de 81 años, estaba en la otra habitación. "Tenemos el dato de que acá hay dólares", exclamó el ladrón, mientras tomaba a Ramona de sus cabellos y la arrastraba en dirección al comedor de la casa. En la otra habitación, uno de los asaltantes continuaba con la agresión contra Daniel. "Habla viejo. Dale. Dónde están las joyas, las armas y los dólares", gritaba el delincuente, al tiempo que, con una almohada, le tapaba la boca y el rostro al dueño de casa. "Vamos porque viene la gorra. Apúrense que nos dieron un dato falso", ordenó el jefe del grupo delictivo. Ante esa directiva los otros dos asaltantes tomaron todos los objetos de valor que podían cargar y abandonaron la casa del matrimonio de jubilados. "Vieja, llama a la ambulancia que tu marido no está muerto", ordenó el líder de la banda. Pero era mentira. El cuerpo de Daniel Velázquez no soportó la tortura que aplicaron al asfixiarlo con la almohada y la andanada de golpes que le asestaron. Uno de los...

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