ADN del crimen. Los abusos en el Instituto Próvolo quedan impunes en La Plata

En Mendoza, el sacerdote Nicola Corradi fue condenado a 42 años de cárcel por una serie de abusos sexuales cometidos entre 2005 y 2016 contra un grupo de menores hipoacúsicos, de entre 7 y 17 años, que estudiaban en el Instituto Próvolo de Luján de Cuyo.Hace dos meses, la Suprema Corte de Justicia mendocina confirmó de 42, 45 y 18 años de prisión contra Corradi, el cura Horacio Corbacho y el jardinero Armando Ramón Gómez, respectivamente, por 28 casos de abuso sexual ocurridos durante más de una década.Mientras en Mendoza, el Tribunal Penal N° 2 condenó a los tres imputados y el Máximo Tribunal de Justicia de esa provincia ratificó la sentencia, en La Plata, la Sala III de la Cámara de Casación bonaerense dictó la prescripción de la causa.Esta medida impedirá que dos sacerdotes, entre los que figura el mencionado Corradi y un profesor sean juzgados por al menos ocho abusos sexuales contra menores."Concluyo que la aplicación de la ley penal contra el imputado violenta los principios de legalidad y debido proceso establecidos en el artículo 18 de la Constitución Nacional", expresó el camarista Víctor Violini en la resolución que benefició al profesor José Ángel Brítez, acusado de abuso sexual agravado y corrupción de menores.La resolución que benefició a Brítez, también fue firmada por el juez Ricardo Borinsky. Tres días después, los magistrados de la Sala III de la Cámara de Apelaciones de La Plata decidieron excarcelar al imputado.Corradi nunca estuvo detenido por la causa penal que se instruyó en La Plata debido a que, cumple con la condena a 42 años de prisión que le impuso un tribunal oral de Mendoza.En tanto que Eliseo Pirmati, el segundo sacerdote imputado por los abusos en la sede platense del Instituto Próvolo está en Italia y, a pesar que la fiscal Cecilia Cordfield solicitó su detención, la Justicia italiana nunca concedió la extradición del cura.Los testimonios de las víctimasSegún establecieron los investigadores judiciales, a partir de las declaraciones de los testigos, los imputados Corradi, Pirmati y dos monjas, identificadas como Leticia y Juana, abusaron sexualmente de un grupo de menores, los redujeron a la servidumbre y les aplicaron castigos como encierros en una jaula, en el lugar donde se criaban conejos y gallinas.A diferencia de lo que ocurrió en Mendoza, ninguna de las monjas involucradas en los abusos registrados en La Plata pudo ser identificada. De ellas solo se conocieron sus nombres de pila.En junio pasado, la...

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