Adiós a The Americans: la Guerra Fría sigue librándose en la pantalla

Mucho más difícil se hace si la ficción en cuestión es una de las mejores de los últimos años y todo se complica aún más cuando después de seis temporadas y 75 episodios los que se van son Elizabeth y Philip Jennings, los espías que llegaron del frío. Anoche terminó , la brillante serie que además de contar con habilidad la historia de la pareja central logró hacer que sus conflictos íntimos reflejaran los modos del mundo durante los últimos años de la Guerra Fría. Un período histórico tan complejo como fascinante que alimenta ficciones hace más de cincuenta años. Y, como demostró The Americans, todavía tiene mucho más para dar.

Es que algo de esa combinación de espías (muchas veces) elegantes, de misiones tan riesgosas como dependientes del ingenio de sus protagonistas y de nostalgia produce dependencia e inspiró algunas otras series que tal vez ayuden a llevar mejor la etapa de duelo por la despedida de esos espías soviéticos que no quedó otra que amar.

, Fleming, el hombre detrás de James Bond (Flow), y , todas a su modo, mantienen encendida la llama de aquel mundo deudor de la posguerra que pretendía estar dividido entre buenos y malos (aunque, claro, las identidades de cada uno dependían del lado del que lo mirase). Era el tiempo del temor por el holocausto nuclear, del "imperio del mal" de Ronald Reagan, en el que las apuestas eran tan altas porque desde Washington o Moscú podían decidir que era momento de hacer volar todo por el aire. Se acabó lo que se daba.

Fue una difícil época para la geopolítica pero terreno fértil para ficciones que ponen la lupa en las grietas en la Cortina de Hierro, construyendo relatos protagonizados por personajes comprometidos con su causa. Que pueden ser héroes o villanos cuando la ocasión lo requiera o el punto de vista se modifique.

"Una de las cosas más interesantes sobre The Americans y algo que me intrigaba por la reacción del público es que de algún modo, todos los espías en nuestra historia son ?los buenos'. Como autores, tanto la KGB como la CIA tienen nuestra simpatía, porque todos están sirviendo a los intereses de sus respectivos países", explicaba Joe Weisberg, uno de los creadores de The Americans y exagente de la CIA, a la que tuvo que mandar cada uno de los guiones de la serie para conseguir el aval de sus antiguos empleadores.

Más allá de las licencias poéticas y los diferentes géneros utilizados para armar las tramas, lo cierto es que las series de espías parten de la ansiedad real y el...

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