Adelanto de libro. El estado actual de los varones

La rabia puede subsistir sin el perro que la porta y la única solución radical no es posible: matar a todos los perros. Porque el problema, después de todo, no es el perro. Es la rabia. De ahí que, pese a todas las protestas, denuncias y movimientos contra la violencia masculina ejercida sobre mujeres, esa violencia no decrece y los femicidios continúan a la orden del día. Matar a todos los hombres (Los modelos, mandatos y protocolos tradicionales y ancestrales de la masculinidad (la feminidad tiene por su parte los propios) mandaban, y siguen mandando, a bloquear las emociones y cualquier signo de vulnerabilidad. Esos mismos mandatos establecieron que quien aspire a ser confirmado como hombre debe ser un competidor imbatible, un guerrero feroz, un luchador impiadoso, un productor a destajo, un semental inagotable, un conquistador inconquistable. Un ganador en todos los frentes. Y debe serlo en cualquier ámbito, tanto los privados como los públicos, los íntimos como los sociales. Debe serlo a la vista de todos todo el tiempo. Quien sale al mundo con esas obligaciones no puede mostrar vulnerabilidad, no puede dejar de estar alerta, no puede perder. En ese modelo mental las emociones debilitan, abren grietas en las murallas defensivas, rasgan las armaduras. Las emociones distraen, quitan fuerzas que se necesitan para las batallas, ablandan, endulzan, provocan dudas, sacan de la asertividad, relativizan. Quien abre la caja fuerte de sus emociones y les permite circular está en peligro. Mucho más si lo hace ante otros varones, sus potenciales adversarios, enemigos o competidores. Ni hablar si eso ocurre ante mujeres o hijos, seres que, en esta concepción, son débiles y dependientes por naturaleza. Por lo tanto, doble vuelta de cadena y doble candado para resguardar esa caja fuerte. Varón bloqueado es varón (aparentemente) seguro.Pero ocurre que, así como no se puede dejar de respirar, tampoco es posible despojarse de las emociones. Son parte constitutiva de la naturaleza humana. Se trata de energías que, al expresarse, ponen en evidencia estados de ánimo, necesidades, deseos, dolores, esperanzas, modos de estar en el mundo y de vivir las circunstancias de la existencia. Toda emoción es portadora de un mensaje que a veces resulta visible y a veces debe ser decodificado. Pero que no debe ser desoído. Somos seres emocionales que razonan, como bien lo define el psicólogo israelí Daniel Kahneman. Cuando emoción y razón actúan en equipo, complementándose, tenemos una visión más clara y profunda de nuestra interioridad y una mirada más amplia y comprensiva...

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