Adam Cooper: 'Curar una exhibición se parece a armar un recital de rock'

COLONIA, Uruguay.- Andy Warhol, René Magritte, William Borroughs, Allen Ginsberg... Fueron muchos los personajes clave de la cultura sixtie retratados por la lente prodigiosa de Michael Cooper, pero la historia eligió asociar para siempre su nombre con el rótulo de "fotógrafo de los Rolling Stones". Es comprensible: Cooper dejó cerca de 3500 imágenes exquisitas que documentan la vida cotidiana de la banda británica durante su primera década de existencia. Ahora, en días de furia stone por el regreso de la banda a América latina, su obra vuelve a iluminar los principios de la historia de Jagger y los suyos, y deslumbra a los fanáticos rioplatenses en formatos varios.

Por un lado, la propia banda rescató sus fotos favoritas de aquella colección y decidió exhibirlas en los VIP de su reciente gira, quizá como homenaje a su autor, o acaso para evocar los propios años de juventud y delirio. Por otro, se relanzó la exposición Early Stones, que puede verse en dos versiones completamente distintas en el Centro Cultural Konex y en el Bastión del Carmen, un delicioso centro cultural a orillas del Río de la Plata en Colonia del Sacramento. La muestra uruguaya, que se puede visitar hasta fines de marzo con entrada libre, ofrece un recorrido pequeño pero sublime para cualquier fanático de la banda. También es un reflejo generacional de esos años de ebullición para la música y para el mundo. Y compone un compendio fotográfico luminoso, que permite descubrir el lado más humano -y alucinado- de los integrantes de la banda y del elenco estable que la rodeaba entonces. Una invitación para ver a sus integrantes, jóvenes y hermosos, dando vueltas por Stonehenge, en alguno de sus tours esotéricos de fin de semana, o probándose sombreros para jugar a ser los divos que ya empezaban a hacer de sí mismos. También se puede espiar a una joven Anita Pallenberg con los pelos al viento, rodeada de las miradas divertidas de sus amigos rockeros. O a Marianne Faithfull, reina entre reyes. O a Mick Jagger sujetando de los brazos a un nene de no más de cuatro años para hacerlo volar por el aire en medio de un campo verde. Ese nene es Adam Cooper, el hijo de Michael. Adam tiene hoy 51 años, un look informal que no desentona con sus modos ingleses y es el promotor del invaluable archivo fotográfico de su padre. Vive en Buenos Aires desde hace más de 20 años: llegó en el 89 para filmar Highlander II y acá conoció a su mujer, Silvia Ripoll, la montajista de Esperando la carroza...

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