Se acumulan los indicios: seguirá la rebeldía ante Griesa

Las nociones de instrucción cívica a las que se aferra Axel Kicillof para justificar el default se van volviendo cada día más imperfectas. Ayer que ponga un límite al juez . Y, al mismo tiempo, se quejó de que en ese país no exista seguridad jurídica.Quiere decir que, según Kicillof, para que en un país haya seguridad jurídica los que juzgan deben obedecer a los que administran. Ahora se entienden muchas cosas.Aun así, el ministro de Economía registró una mutación. En abril de 2012, cuando debió justificar la expropiación de YPF, se burló del concepto que ahora echa de menos: "Seguridad jurídica es hacer lo que se les cante, sin pensar en el conjunto de la economía argentina", discurseó en el Senado.El responsable de la estrategia jurídica del Ministerio de Economía, Federico Thea, ya advirtió que la sentencia de Griesa es "de cumplimiento imposible". Kicillof fue más directo. Dijo que era "una estafa". Que "parece joda".Es obvio que los procedimientos del juez Griesa dejan mucho que desear. La semana pasada, por ejemplo, permitió pagar "por única vez" los bonos emitidos bajo jurisdicción europea o argentina, violentando el derecho de propiedad de sus tenedores.Kicillof desaprovechó esa gaffe para defender su controvertida tesis: "El que defaultea es Griesa, no nosotros". Se le escapó.Pero ninguna excentricidad de Griesa anula el viejo principio romano: res iudicata pro veritate habetur, es decir, "la cosa juzgada se tiene por verdad". Por eso fue casi enternecedora la queja de Thea: "La justicia de los Estados Unidos pareció hacer oídos sordos con las advertencias argentinas". En realidad, no "pareció". Hizo oídos sordos.Estas declaraciones se agregan a otros indicios según los cuales el Gobierno seguirá en rebeldía frente a Griesa con independencia de la cláusula RUFO. Uno de ellos es que Kicillof insiste en que no pagará la sentencia porque el monto es excesivo. Los holdouts deben aceptar US$ 300 millones en lugar de los US$ 1680 millones que les asignó Griesa. Son definiciones importantes porque Kicillof es el único interlocutor económico de la Presidenta: ni a Juan Carlos Fábrega, ni a Jorge Capitanich, ni a Miguel Galuccio ella los escucha como escucha a su ministro. Cristina Kirchner sólo dice "nosotros" cuando habla de él o de algunos dirigentes de La Cámpora.Es cierto que la intransigencia de Kicillof puede adquirir una gran elasticidad. También había prometido cobrar a Repsol una indemnización por daño ambiental y al final el que pagó fue él...

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