Acumula más incertidumbre

SANTIAGO.? Después del comienzo auspicioso en la Copa Libertadores y con una tarea y producción destacada, Vélez no convenció en sus dos partidos siguientes. Primero en ese insólito 3-1 que sobre la hora se transformó en un 3-4 ante Universidad Católica. Y ahora anoche en esta ciudad. Parece una maldición. Como si el Grupo 4 le hubiera soltado la mano a Vélez. Este Unión Española de escaso brillo, sin altisonancias, le truncó la necesidad de obtener el triunfo y lo dejó en la última posición de la zona.Las teorías, previsiones y palabras recibieron muy pronto un sacudón que les quitó poderío. Un sacudón que nació del oportunismo de Martín Ligüera, tras un error de Fernando Tobio, para marcar a un costado del arco de Marcelo Barovero. Ese error modificó cualquier plan.Si bien Vélez no acudió a la desesperación para tratar de revertir el desarrollo, fue notorio que el intruso golazo aceleró algún desequilibrio. Sobre todo porque Unión Española encontró comodidad para recostarse en el campo rival por los costados (vía Cordero por el sector izquierdo y Raúl Estevez más libre) cuando los esfuerzos ofensivos de los dirigidos por Ricardo Gareca chocaban contra su propia impericia, salvo cuando la pelota llegaba a Santiago Silva, siempre peligroso y punzante en el área.Pero lo concreto es que durante los primeros 45 minutos Unión Española tuvo la oportunidad de explotar las debilidades defensivas de su oponente y no dejó pasar el tiempo. Frente al adelantamiento lógico de quien se encontraba en desventaja, los chilenos aumentaron la diferencia a través de un centro de Cordero y que Braulio Leal cabeceó (dos veces) ante la pasividad de Papa.Apoyado sobre buenas intenciones, como la circulación rápida de la pelota y el toque como bandera, Vélez no consiguió despegarse de ese fantasma que lo viene persiguiendo desde hace un tiempo: la dificultad para generar peligro. Todo lo bueno que podían crear entre Moralez y Zapata en la gestación del ataque no hallaba respuesta más adelante, porque a Martínez y a Silva les costó bastante tener contacto entre sí. El primero dio algunas pinceladas...