Acuerdo político, pero sin traiciones a la ética

La batalla más encarnizada entre los dos principales pensadores mexicanos comenzó en 1978 y fue todo un escándalo. "Es difícil recobrar la tensión de una polémica -cuenta hoy Enrique Krauze -. Es como revivir una pelea de box". Para convertirse en el "caudillo cultural" de su generación y con aires de superioridad moral, Carlos Monsiváis vapuleó en público a Octavio Paz , y este rebajó a su rival diciendo que no era "un hombre de ideas sino de ocurrencias ". Pero el núcleo de la conflagración se desencadenó más tarde y tuvo que ver con un tema actual y muy triste: Paz denunció que la izquierda sufría una suerte de parálisis intelectual. Y añadió: " Es una izquierda murmuradora y retobona, que piensa poco y discute mucho. Una izquierda sin imaginación ". Monsiváis se ofendió y le devolvió el mandoble, reivindicando la "vitalidad combativa" de la progresía, pero Paz insistió en señalarle la ceguera frente a los crímenes y perversiones del socialismo soviético. Su antagonista no tuvo más remedio allí que aceptar lo obvio: el estalinismo asesinó y reprimió bárbaramente en nombre del proletariado ; en efecto sus burocracias rechazaban cualquier disidencia y su régimen era siempre incompatible con las libertades individuales, las minorías, los disidentes y el pluralismo. Pero Paz no reconocía el "esfuerzo épico para construir la Republica Popular China" y la "heroica" revolución cubana: la crítica a las "deformaciones -sostenía Carlos- debía acompañarse de una defensa beligerante de las conquistas irrenunciables". En otro artículo, Octavio le contestó con una lista contundente: "La realidad del gulag en Rusia, los crímenes de Mao, las matanzas de Camboya". Pretendía Paz una mirada objetiva sobre esas malhadadas experiencias y exigía asumir la responsabilidad moral del caso: "¿Se ha preguntado Monsiváis si esos ‘grandes logros’ se inscriben en la historia de la liberación de los hombres o en la de la opresión?".

En el país, un "pacto de la Moncloa" implicaría amnistiar a los responsables de la más desmesurada corrupción de la historia

Tardó varios años, pero al final el retador cambió de opinión, fue adoptando las posiciones de Paz y se volvió también un crítico consistente de la dictadura castrista. Estas escaramuzas, y muchas otras, están narradas de manera apasionante por el propio Krauze en su flamante libro Spinoza en el Parque México , una monumental autobiografía ideológica y un texto de aprendizajes y lecturas confeccionado por un...

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