La actriz que sabe vivir los sueños

Iba de la mano de su "señorita". Tenía cuatro años, era la más chiquita del jardín y no le alcanzaban los ojos para mirar: todo lo que había en el Teatro Colón le causaba una profunda fascinación, pero la araña, de gigantes proporciones para su tierna estatura, le parecía simplemente una maravilla. La "señorita" le contó que había cantantes que se subían a actuar desde ahí y ya no tuvo dudas: "Cuando sea grande voy a ser cantante", se prometió. Y cumplió. Hoy, a los 32, Magalí Sánchez Alleno no sólo puede jactarse de ser cantante. Es una de las actrices de comedia musical más requeridas de la escena nacional, fue la Bella en la última versión argentina del musical de Broadway La Bella y la Bestia , protagoniza la nueva propuesta del circuito off Código de silencio , canta canciones infantiles en televisión de la mano del canal Paka Paka y encarna su primer unipersonal, Baby boom en el paraíso , que se presenta todos los viernes en el teatro Espacio Abierto.Revisar su historia en los escenarios implica ver un lento proceso de descubrimiento. Desde muy chica estudió música. Primero, piano y chelo, mientras pasaba largas horas con su abuela escuchando óperas. "Quería ser cantante de ópera, pero porque creía que eso era ser cantante. Para mí, las actrices cantaban y bailaban", cuenta. Su familia impulsaba su costado más artístico, pero la obligación de seguir una carrera universitaria se interponía constantemente. Un día tuvo una revelación: "Fui con mi papá a ver Chicago y salí llorando. Mi papá no entendía. Lloraba porque me impactó lo que vi, porque supe en ese momento que quería hacer eso", relata. Conmovido por sus lágrimas, su padre la inscribió en un curso de teatro y luego todo fue encontrando su rumbo. Eso sí, paralelamente siguió una carrera: Musicoterapia.Estudió danza y actuación mientras seguía perfeccionando su voz. Hizo publicidades, bolos en la televisión y se preparó como nadie para la audición de su vida: El fantasma de la ópera . Cuando le dijeron que no había quedado, pensó en no cantar más, presa de la desilusión enorme que generan las audiciones. Sin embargo, el "no" le sirvió para relajarse y seguir con su arte sin presiones, por amor puro. Un día, el teléfono volvió a sonar. Le pedían que se incorporara como cover de Christine, el personaje principal. No creía que fuera a tener ocasión de subirse al escenario, pero quiso el destino que en la segunda función la protagonista sufriera una fatiga vocal que la dejó inhabilitada...

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