Como un activo tóxico

Amado Boudou se está convirtiendo en una suerte de "activo tóxico" para el Gobierno: el problema central consiste en acotar el daño, sin que se profundice aún más el efecto destructivo que el escándalo Ciccone está generando en términos simbólicos, jurídicos y políticos.El vicepresidente es responsable de haber instalado nuevamente el tema de la corrupción en los primeros planos de la opinión pública. La muerte de Néstor Kirchner y el particular clima de acompañamiento y solidaridad que la mayoría de la sociedad argentina sintió en relación a la Presidenta desplazaron la cuestión de la corrupción a un plano marginal dentro de las preocupaciones de la ciudadanía. Ni el caso Schoklender pudo romper este peculiar blindaje.Ahora, en un contexto de desaceleración de la economía y con una figura exitosamente instalada en los medios como la del vicepresidente, el escándalo ha adoptado proporciones monumentales y todo sugiere que será muy complejo limitar sus efectos negativos.Un viejo dirigente peronista lo definió de manera taxativa: "Boudou tiene mucho más pasado que futuro en la política argentina". Tampoco es la primera vez que el país enfrenta una crisis institucional que involucra a un vicepresidente: manejada con destreza, no tiene por qué escalar. Los riesgos principales consisten en que, acorralado y aislado, el vicepresidente continúe ganándose enemigos con su errática e inverosímil táctica de victimización. Su toxicidad es directamente proporcional a su soledad.¿Pedirá licencia y se autodenunciará para acelerar la investigación judicial, seguro de su inocencia? ¿Renunciará para evitar que el proyecto que dice defender se vea afectado por sus complicaciones judiciales? ¿Facilitará el oficialismo un juicio político para despejar las dudas que hasta algunos ministros y legisladores oficialistas admiten públicamente tener? ¿Habrá de profundizarse la caída en la imagen presidencial (todavía algo superior a los 50 puntos, pero casi 20 menos que diciembre pasado) como resultado directo de las fuertes sospechas que genera su figura?Estos interrogantes se irán develando en las próximas semanas, pero es importante analizar un aspecto fundamental de este lamentable episodio: el criterio utilizado por Cristina para seleccionar a su compañero de fórmula. En efecto, en el caso de los instrumentos derivados y la crisis financiera internacional, cuesta entender aún hoy cómo fue posible que su uso se hubiese generalizado sin que los múltiples actores del sistema...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR