Acassuso: parte de su costa, una de las más contaminadas del Río de la Plata

La costa de la calle Perú y el río, en Acassuso, partido de San Isidro, es uno de los epicentros de la vela deportiva argentina -ahí aprendió a navegar el medallista olímpico Santiago Lange- y donde se concentran varios clubes náuticos. También es uno de los lugares más contaminados de toda la ribera del Río de la Plata. Allí está la desembocadura del arroyo Pavón, cuyo registro de baja cantidad de oxígeno en agua sólo es comparable con el del arroyo del Gallo, en Ensenada y el Puerto Trinidad, en Berazategui.

Así lo indica un monitoreo publicado en el Informe del Estado Ambiental de la Argentina, realizado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.

Consultados por LA NACION, desde la municipalidad de San Isidro emitieron un comunicado. "De los cuatro puntos que se analizan en este estudio (espigón La Farola, Reserva Ecológica, Perú y espigón Pacheco), el único que dio con valores negativos es Perú. Esto es porque la zona de extracción de muestra es a la altura del puente de madera que cruza el desagüe pluvial (canal aliviador del arroyo Pavón superior), y este desagüe trae aguas pluviales y/o servidas de una gran cuenca de aporte que abarca sectores desde el municipio de San Martín, Vicente López y San Isidro. La calidad del agua recolectada en ese sector no refleja la del río en su conjunto ya que, si el nivel del río está bajo ese día, el agua que se recolecta es en su mayoría agua servida", aseguraron.

Precisamente en ese sector, las mediciones registraron un promedio de menos de 2mg/l de oxígeno disuelto en el agua. Ese número señala un altísimo grado de contaminación, en el cual no sobreviven peces de ninguna especie.

Pese a esto, en esa zona todos los fines de semana pueden verse infinidad de windsurfistas, kayakistas, practicantes del stand up paddle y del kitesurf, entre otros deportes náuticos. Salen de los clubes como Perú Beach, Puerto Tablas o El Molino.

Juan Terzolo, dueño de este último, junta todos los días basura de la costa del río y llena una bolsa de consorcio. "No hay conciencia sobre lo que está pasando. No es nuevo, hace 30 años que convivimos con estas aguas contaminadas. Acá desemboca un pluvial que viene de Villa Adelina y se suman las cloacas clandestinas de miles de personas. Tenemos que agradecerle a la inmensidad de este río que no estemos peor", diceTerzolo, que también es instructor y se mete al agua con tapones en los oídos

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