El acampe de la Tupac: la resistencia por Milagro

Son las 6.30 de la mañana cuando el silencio comienza a ser combatido por el murmullo de los que recién se despiertan. Otros, aún remolones, siguen en las carpas o acostados al aire libre porque en la noche no soportaron el calor. No hay que llegar tarde: ya corre la hora del desayuno y el plazo termina pronto. "Respetemos los horarios", dice un cartel pegado detrás de la olla popular. Hoy hay mate cocido.

Será un día largo. Como en todos los demás, hay un cronograma de actividades que seguir y también hay que limpiar, cocinar y tratar de convencer a los que caminan por el lugar de que Milagro Sala es una presa política.

En el acampe de la Tupac Amaru en la Plaza de Mayo todos tienen responsabilidades y todos siguen las reglas impuestas por los líderes de una protesta que sorprende por su complejidad y organización. "Nosotros tenemos gimnasia en estas cosas y sabemos cómo se hace", cuenta Rosario a LA NACION mientras juguetea con su collar, que tiene un dije con la forma del logo de la agrupación. "Me lo hizo un compañero en Jujuy", cuenta. Mientras, en los alrededores de lo que parece ser un mundo aparte, los ruidos ensordecedores del tránsito les recuerdan a los manifestantes que están viviendo en el medio del caos diario del microcentro porteño.

Hay pancartas enormes que hacen de entrada al acampe. El logo de la Tupac, una bandera de La Cámpora y una tela roja gigante con la frase "Cristina conducción" le dan la espalda a la Casa Rosada. Más pequeñas pero numerosas, también hay banderas del Movimiento Evita, del Partido Comunista y de Quebracho que rodean parte de la plaza. Más atrás, innumerables carpas de todos los tamaños descansan sobre los canteros de pasto. Una de ellas llama la atención: en el centro del acampe, un gazebo gigante blanco es el centro de reuniones donde todos los días hay paneles en contra de las políticas del gobierno de Mauricio Macri, shows musicales y otros eventos. Allí también está la olla popular y un pequeño santuario con una escultura de la Virgen de Luján.

"¿Alguien quiere hacer una reflexión?", dice al micrófono un hombre de la organización que busca llenar el espacio entre actividad y actividad. Desde que empezó la ocupación de la plaza, pasaron por allí desde Daniel Filmus, Jorge Taiana y Roberto Baradel hasta Teresa Parodi, Víctor Hugo Morales y Adriana Varela. En un rato los "Panpayasos" van a estar saltando por toda la carpa, aunque primero tienen que terminar de repartir pedacitos de pan entre las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR