Abuso de menores en la Iglesia: la Justicia condenó a 17 años de prisión efectiva al cura Nicolás Parma

Nicolás Parma, mientras ejercía como sacerdote en la iglesia de Puerto Santa Cruz

SANTA CRUZ.— La Cámara Criminal Oral de Río Gallegos condenó a 17 años de prisión efectiva al cura Nicolás Parma por los delitos de abuso sexual simple y abuso sexual gravemente ultrajante contra por lo menos dos jóvenes que estaban bajo su custodia mientras eran pupilos en la parroquia Exaltación de la Cruz en Puerto Santa Cruz. Es el segundo cura de la Congregación "Hermanos Discípulos de Jesús San Juan Bautista" sentenciado en dos meses: su fundador, Rosa Torino, fue condenado en julio a 12 años de prisión por la justicia salteña por delitos similares.

Los jueces Jorge Yance, Eduardo López y Joaquín Cabral consideraron en ambos delitos la condición de " doblemente agravado" por haber sido cometidos por un ministro de culto y encargado de la educación y guarda de dos menores convivientes, y determinaron que, en ambos casos, los delitos se repitieron a lo largo del tiempo. Parma deberá cumplir la prisión efectiva en la comisaría de Puerto Santa Cruz donde se encuentra detenido y procesado desde 2018.

Jonatan Alustiza tenía 14 años cuando llegó desde Pergamino a Puerto Santa Cruz. Estaba solo, sin dinero, ni amigos, y pronto le sacaron hasta el DNI. Lo que debía ser el inicio de un camino de búsqueda vocacional en una casa de formación religiosa se terminó convirtiendo en un calvario que se extendió por años.

Su denuncia y la de Yair Gyurkovitz por los ultrajantes abusos sexuales que sufrieron se volvieron claves en el juicio oral que se llevó adelante en Río Gallegos al cura Parma quien al igual que las víctimas escucharon la sentencia por zoom. Ellos desde sus provincias de origen y Parma desde la comisaría de Puerto Santa Cruz.

" Llegué al pueblo a la congregación en marzo del 2009, y estaba solo con Parma y otro hombre más. Vivía en la casa de formación que está junto a la Parroquia Exaltación de la Cruz, iba al Instituto María Auxiliadora. Ese mismo año empezaron los abusos, pero no podía hablar con nadie . No tenía ni teléfono ni dinero, y teníamos prohibido contar lo que pasaba dentro de la congregación", cuenta hoy a LA NACION, Alustiza quien dio su testimonio ante la Cámara Oral de Río Gallegos a través de videoconferencia.

En 2010 empezaron a llegar más chicos a la casa de formación de la congregación "Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista". Se trataba en su mayoría de chicos que fueron entregados por sus padres a la tutela de la Iglesia...

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