Absurdas teorías de Marcó del Pont

La Argentina está sumergida en un proceso de inflación creciente. Los precios al consumidor aumentan a un ritmo del 20 al 30 por ciento anual desde hace por lo menos tres años y la única estrategia oficial para combatir ese flagelo ha sido la negación del problema, una diferencia sustancial con el gobierno brasileño de Dilma Rousseff.A un año de la designación de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central, el saldo de su gestión sobresale por la pobreza de sus resultados. No sólo no ha tomado medida alguna para combatir la inflación. También ha demostrado que sustenta sus acciones en teorías económicas estrafalarias y carentes de lógica. Los frutos no serán otros que más inflación y pobreza para los argentinos.La carta orgánica del Banco Central establece como su misión primaria y fundamental la defensa del valor de la moneda. Para ello, esa institución debe vigilar la estabilidad financiera, que puede eventualmente producir inestabilidad monetaria. Los últimos resultados hablan del fracaso de la entidad en el cumplimiento de su mandato legal.No es de extrañar. Apenas asumió su cargo en el Banco Central, Marcó del Pont procedió a dar curso a las órdenes del Ejecutivo en lo que hace al uso de reservas para el pago de deuda y emitió a lo largo de 2010 la fenomenal cifra de 25.000 millones de pesos para financiar al Tesoro. Adicionalmente, debió modificar dos veces el programa monetario de la entidad para avalar la avalancha de pesos emitidos y ni siquiera así pudo cumplir con la meta estipulada. Con semejante expansión de la cantidad de moneda, era dable esperar que la inflación se situara en un rango altísimo.Al repasar los discursos y declaraciones de Marcó del Pont, queda claro que su atención no se centra en la estabilidad de precios, sino en cuestiones que en muchos casos son ajenas a su rol institucional. Más peligroso aún es que esos comentarios dejan traslucir una pobreza técnica inquietante y, en ocasiones, un desafío a la lógica más elemental.Es usual escuchar a la presidenta del Banco Central explicar que no hay condiciones para la aceleración inflacionaria: "Una devaluación originada en escasez de dólares no es un riesgo, como tampoco hay desequilibrios fiscales que atenten contra la estabilidad de precios". Evidentemente, ese razonamiento es absurdo. Negar la inflación simplemente porque no existen dos de las múltiples causas que suelen provocarla es la formulación incorrecta de un silogismo. Si se adoptara el razonamiento de la...

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