El aberrante caso de Candela Rodríguez

Comenzó anteayer en Morón un juicio que es la consecuencia de muchos años de corrupción de la policía bonaerense y de su asociación con el narcotráfico con el consentimiento insoslayable del anterior gobierno provincial.

Se trata del caso del secuestro y asesinato de la niña Candela Rodríguez, de 11 años, y el carácter peculiar del juicio no radicará en lo que mostrará, sino, por el contrario, en todo lo que quedará oculto, pues ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 de Morón no comparecerán ni los autores intelectuales del crimen ni los autores materiales, sino apenas tres cómplices secundarios: un hombre que habría facilitado la casa donde estuvo Candela, otro que habría amenazado telefónicamente a la madre de la niña y un tercero que habría cumplido el papel de espía frente a otro de los sitios del cautiverio de la menor. Se los acusa de secuestro y homicidio y la fiscalía pidió agregar el delito de abuso sexual.

En pocas palabras, casi nada para un caso aberrante que involucró a parte de la cúpula policial y a bandas de secuestradores y narcotraficantes y puso en jaque al entonces gobernador Daniel Scioli, de extraña pasividad ante los hechos que se sucedían delante de sus narices. Tan extraña como la irrupción del mediático penalista Fernando Burlando como abogado de la familia de Candela, de escasos recursos, cuando es sabido que Burlando suele cobrar altos honorarios. Otro hecho extraño: cuatro importantes testigos murieron en los últimos años, uno de ellos antes de cobrar 100.000 pesos de la recompensa. La única noche en que su vivienda no contó con custodia policial, se produjo en ella una explosión y un incendio que le costaron la vida.

El 2 de septiembre de 2011, pocos días después de hallarse el cadáver de Candela, expresamos en estas columnas: "Urge que se conozca pronto la identidad de los culpables para llevar un mínimo de consuelo a la familia y para dar también respuesta a la sociedad argentina, que, como otras veces, actuó de manera solidaria tratando de ayudar en la búsqueda". Por lo visto, había demasiados intereses en juego para que la justicia bonaerense arribara a la verdad de lo ocurrido.

Candela fue secuestrada el 22 de agosto de 2011 en la esquina de su casa, en Hurlingham. Desde un primer momento surgieron indicios de serios errores en la investigación que llevaban adelante la policía bonaerense y la justicia provincial. Por ejemplo, los allanamientos anticipados previamente, que, por supuesto, no arrojaban...

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