Ley de abastecimiento, el camino hacia Venezuela

Con extrema celeridad, haciendo uso de las mayorías oficialistas tanto en las comisiones como en ambas cámaras, el Congreso Nacional que incluye la creación de una nueva instancia de resolución de conflictos para el consumidor y de un observatorio de precios en la Secretaría de Comercio, y la modificación de la vieja ley de abastecimiento. Se ha logrado así confirmar el otorgamiento de poderes permanentes, discrecionales y abusivos al Poder Ejecutivo para avasallar el ámbito de decisión propio de las empresas y afectar nueva y severamente el derecho de propiedad.La ley de abastecimiento ahora modificada tuvo origen en 1974, durante la gestión económica de José Ber Gelbard. En aquel momento campeaban las mismas ideas e interpretaciones erradas del fenómeno de la inflación que, ahora, cuarenta años después, son sostenidas por el kirchnerismo. Otro notable retorno del populismo intervencionista. Lo curioso es que durante las últimas cuatro décadas, bajo gobiernos de diferentes signos ideológicos, esa ley nunca fue derogada totalmente. Un decreto de 1991, convalidado luego por una ley, suspendió su vigencia plena, pero mantuvo la de algún artículo para situaciones de emergencia económica. Fue durante esos años un garrote escondido detrás de la puerta que ahora se pone en uso activo en manos del secretario de Comercio.De no ser declarada inconstitucional, esta norma tendrá consecuencias fuertemente negativas sobre la actividad privada y la inversión. Si la finalmente fracasada resolución 125 era un atropello porque sentenciaba a muerte al campo, este cuerpo de leyes resumidas bajo el engañoso título de regulación de las relaciones de producción y de consumo será todavía más destructivo, pues comprende a toda la economía del país.Con la sanción de estas leyes y, en especial, la de abastecimiento, el Estado se ha procurado el armamento necesario para disparar al corazón de la empresa privada, a la que acusa burdamente de ser la generadora de inflación por medio de la concentración económica en determinadas etapas de la cadena de comercialización. El Gobierno se siente amparado para seguir negando que la inflación es el producto de las políticas que ha llevado adelante en los últimos años, en particular el aumento inconcebible del gasto público financiado con una emisión monetaria creciente. ¿Acaso no es éste el mismo empresariado que actuaba en el país durante los primeros años de gobierno kirchnerista cuando la inflación estaba lejos de ser un problema? ¿Son...

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