Abandonados en el crudo invierno, ella lo cubría de la lluvia, él no se podía mover: 'Cuando me vieron la perra movió la cola'

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Ese invierno fue uno de los más crudos que ella recordaba desde que había elegido Neuquén como su lugar de residencia. Corría mayo de 2021 y esa tarde llovía copiosamente. El clima era gélido y el viento y el frío cordillerano se hacían notar. Fue ese mismo día que Victoria recibió un llamado de alerta: en el barrio habían abandonado a dos perros en el portón de entrada y uno no se paraba.

"Corrimos con mi esposo -que ya sabe que quieta no me quedo- y los vimos. Eran un macho y una hembra. Ella lo tapaba de la lluvia, él no se podía mover. Estaban empapados . Cuando me vieron, ella movió la cola. Era evidente que necesitaban ayuda. La subí primero a ella a la camioneta. Quiso bajar. Supongo que pensaba que dejaría a su amigo. Pero cuando vio que volví por él se calmó. Mientras mi esposo la acariciaba y así ella logró mantener la calma", recuerda Victoria Lis Marino.

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Neuquén, tierra de crueldad y abandono

No era la primera vez que hacía un rescate de ese tipo. En Neuquén, la realidad que viven muchos animales la había golpeado profundamente. "Cuando decidí venir a Neuquén por amor me traje a mi Collie, como quien se muda con su perro, algo normal. Venía de Vicente López, en la provincia de Buenos Aires, y de una realidad bastante buena: los porteños cuidan a sus animales y pensé que aquí era igual. Pero, cuando llegué, me encontré con algo completamente distinto. Crueldad de los tipos más variados, abandono serial y proteccionistas unidas en distintos grupos luchando contra molinos de viento". Rápidamente y sin dudar se convirtió en una de estas mujeres.

Por eso no dudó en acudir al rescate de los perros abandonados bajo la lluvia. Los llevó a su casa y allí los acomodó con los que ya formaban parte de la manada "estable". Ya durante los primeros días, Victoria pudo advertir que estaban agotados . "Sabe solo Dios qué les pasó, de dónde venían o quién los abandono. Eran tiempos aun de pandemia y muerte y siempre supuse que habían tenido familia. Estaban gorditos, sin garrapatas, enteros. Quizás su humano responsable había muerto y nadie se había hecho cargo de los perros".

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Lo único que hicieron esa semana fue dormir. Después empezaron a mostrar ganas de jugar. Ella, como buena mezcla de labrador amaba que le tirasen la pelota. La llamó Blacquie. "Era todo un rompecabezas, porque con mi manada en casa, tenía que entrar a todos para dejar salir al jardín a los otros y por turnos". Gordon, el macho, se mostraba...

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