Otro año negro para la Justicia

El Poder Judicial concluye hoy en nuestro país uno de los peores años -o quizás el peor- desde el retorno de la democracia. Un año de críticas, presiones y castigos a funcionarios judiciales, en el que el gobierno nacional intentó llevar a cabo una impresentable reforma judicial a la que quiso disfrazar bautizándola con toda hipocresía de "democratización de la Justicia", cuando en verdad sus objetivos eran todo lo contrario. Un año, en definitiva, en el que quedó más claro que nunca el desprecio absoluto del kirchnerismo por la Justicia independiente y la división de poderes, y su voluntad, aún férrea e inalterable, por dominar en forma absoluta a los jueces, como lo hizo mientras fue gobierno en la provincia de Santa Cruz.Pero también hay que reconocer que hubo circunstancias en que la propia Justicia no estuvo a las alturas de los desafíos. Por ejemplo, el fallo en el que la Corte Suprema de Justicia declaró la constitucionalidad de la ley de medios audiovisuales impulsada por el Gobierno para atacar al Grupo Clarín.Apenas había nacido el año que hoy termina cuando la Presidenta recurrió a su cuenta de la red social Twitter y emitió una andanada de 22 mensajes con el más duro de sus cuestionamientos a la Justicia, pero que tiene la virtud, si así puede llamársela, de reflejar con prístina transparencia su pensamiento acerca del papel que deben cumplir los jueces.En aquellos textos intentó replicar un fallo de la Cámara en lo Civil y Comercial Federal que pocos días antes había frenado la ilegal estatización del predio de la Sociedad Rural Argentina dispuesta por el Gobierno. Allí, tras dudar de la idoneidad del Poder Judicial, la Presidenta lo acusó de defender a "las corporaciones" y de afectar el funcionamiento institucional del país, y agregó que hay "un desequilibrio total del sistema democrático" porque "los jueces gobiernan anulando decisiones" de los poderes Ejecutivo y Legislativo, y sostuvo que la mencionada Cámara "ha traspasado -y se le ha permitido traspasar- todos los límites".Para la Presidenta, cuando un tribunal realiza el control de constitucionalidad previsto precisamente en la Constitución, se erige en un "superpoder" si resuelve en contra de la voluntad de la Casa Rosada. En realidad, es el Ejecutivo el que pretende erigirse en un superpoder al procurar, con la crítica y la ofensa públicas, asustar y dominar al Poder Judicial.Aquella reacción de la Presidenta fue decisiva para que el Gobierno luego impulsara un paquete de leyes de...

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