'Don't worry, be happy': el origen de la crisis y el futuro

En su último libro Cantar la justa, Carlos Melconian revela que el título de la presentación de las propuestas económicas de Federico Sturzenegger a Mauricio Macri en los meses previos a integrar Cambiemos y de convertirse en presidente del Banco Central era "Don't worry, be happy". No te preocupes, sé feliz. En la subestimación primigenia de la crisis ya anidaba la calamidad del final.Confiar en la preminencia de la voluntad sobre la realidad es una debilidad recurrente en la política argentina. Cuatro años después de aquel power point, en la antesala de un cambio de gobierno, una parte de la confianza del equipo de Alberto Fernández en el éxito de una eventual reprogramación de la deuda se apoya en la certeza de que los pagos al Fondo se volvieron un problema tan grande para la Argentina como la Argentina se transformó en un tremendo dolor de cabeza para el Fondo. El préstamo a la Argentina representa más de la mitad de los pasivos del FMI. De ahí que en las oficinas de Fernández recuerden la frase de John Maynard Keynes: "Si yo te debo una libra, tengo un problema, pero si te debo un millón, el problema es tuyo".El FMI parece inclinado a postergar los 5400 millones de dólares comprometidos y tratar directamente con el presidente que confirmen las elecciones de octubre. La respuesta definitiva la tendrá el ministro Hernán Lacunza en su viaje a Washington, a fin de mes.La particularidad es que el FMI no es un banco. La política internacional pesa en sus decisiones más que las previsiones financieras. Esa condición lleva a que la frase de Keynes no aplique plenamente. Macri logró el respaldo a través de su relación con Donald Trump y las gestiones en el Departamento del Tesoro. Por eso, el mensaje que envió la semana pasada el embajador de Estados Unidos en la Argentina, Edward Prado, al teléfono de Alberto Fernández fue tomado con el entusiasmo de una puerta que se abre. Su contenido notificaba sobre el último préstamo por 395 millones de dólares aprobado por el Banco Mundial, pero para el candidato significó una señal de Washington. Apenas un inicio.Fernández había dialogado hasta entonces con funcionarios de rango inferior en la embajada norteamericana. La preocupación por la postura de la Argentina frente a la situación en Venezuela apareció desde las primeras conversaciones. Como en cada paso, el candidato se ve obligado a practicar el equilibrismo. Frente a la crisis venezolana, el camino que eligió fue distanciarse del Grupo de Lima...

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