80 años después, las raíces del Guernica, de Picasso, salen a la luz
MADRID.- La obra máxima de Pablo Picasso merodeaba por la mente del pintor desde mucho antes de que el 26 de abril de 1937 la aviación hitleriana bombardeara la ciudad vasca de Guernica y desatara una de las matanzas más viles de la Guerra Civil Española.
El terror, el miedo y la deformidad habían entrado en su obra de manera abrupta a partir de 1925. Empezaban unos años que él mismo calificó como "los peores" de su vida, marcados por la violencia política que empezaba a arrasar la ilusión de la modernidad.
Picasso era un artista con una visión angustiada del mundo cuando la indignación por el bombardeo en Guernica lo sumió en el trance creativo del que surgió el cuadro más emblemático del siglo XX, además de un conjunto de 60 óleos y dibujos de brutal carga expresiva. Todo en apenas 33 días.
Ochenta años después, el Museo Reina Sofía se propuso rastrear las raíces que llevaron al pintor nacido en Málaga a la creación del Guernica y exhibir el camino de su metamorfosis artística. La exposición Piedad y terror en Picasso. El camino al Guernica -que se inaugura mañana en Madrid- analiza la iconografía de horror, agonía y desasosiego que proyecta el mural, a partir de la exposición de casi 200 obras nunca antes reunidas.
"Hasta el Guernica, el arte de Picasso había sido fundamentalmente íntimo y personal; casi nunca se había referido a temas políticos. Pero desde mediados de los años 20 su producción empezó a asomarse con frecuencia a la pesadilla y al horror", señala el historiador del arte Timothy J. Clark, uno de los comisarios de la muestra.
Clark destaca un punto de inflexión: Las tres bailarinas, de 1925, que la Tate Gallery prestó para esta exposición. Picasso solía decir que era su mejor cuadro. Las figuras angustiadas, siniestras, sustituyen a las botellas y las guitarras. "Desde ese momento los monstruos, los fantasmas, el sufrimiento empiezan a poblar su lienzos", añade el experto. A lo largo de los pasillos que llevan al Guernica en el Reina Sofía pueden contemplarse las escenas inquietantes que Picasso concibió en aquellos años en que el mundo marchaba hacia otra catástrofe: danzas desenfrenadas, mujeres encajadas en sillones con la boca abierta, cuerpos que se transforman en armas, monstruos que parecen hechos de piedra.
Sin embargo, ese hombre de 55 años, en la cima de su popularidad, no estaba seguro de si podría cumplir con el encargo que en enero de 1937 le hizo el gobierno de la II República, en plena Guerra Civil: que...
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