A los 56 años, murió el sociólogo y crítico de arte Gabriel Palumbo

El sociólogo y crítico de arte Gabriel Palumbo tenía 56 años

Profundo pesar causó hoy la noticia de la muerte del sociólogo, ensayista político y crítico de arte Gabriel Palumbo , a los 56 años, en el Sanatorio Otamendi. Había nacido el 14 de octubre de 1966 en la ciudad de Buenos Aires; estaba casado con la diputada nacional y politóloga Sabrina Ajmechet y era padre de una niña. Semanas atrás había sido diagnosticado de cáncer; por su estado de salud, no llegó a iniciar el tratamiento de quimioterapia. Palumbo había estudiado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en las escuelas Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón de Bellas Artes.

Se desempeñó como profesor en la UBA, en la carrera de Ciencia Política, y fue titular de Arte y Política en la Argentina Contemporánea en el Institute for Study Abroad de Butler University. Publicó el ensayo El mejor presidente de la historia. Una mirada liberal y pragmatista al populismo kirchnerista (Aurelia Rivera), participó en los volúmenes para docentes y estudiantes Ciudadanía y derechos humanos y Ciudadanía y trabajo (ambos de Aique) y colaboraba con notas de arte, cultura y opinión en Revista Ñ , LA NACION , Perfil , Praxis Journal y Revista Seúl . Dirigió la Casa de la Cultura Victoria Ocampo y se ocupó de la curaduría de la muestra patrimonial con la que ese espacio reabrió en 2016. Asesoró al Ministerio de Cultura de la Nación hasta 2019.

Palumbo creía que la mejor política cultural era el cosmopolitismo. "Lo que resuelve los problemas de una sociedad es el desarrollo, no alcanza solo con ser talentosos -dijo en una entrevista reciente con Esteban Lo Presti-. Está claro que la Argentina es un lugar que, por alguna razón que desconocemos, y en cierto punto es mágica, produce más talentos de lo que el propio país pareciera justificar. ¿Por qué Borges? [...]. Hay talento individual pero está claro que en términos sociales no hemos alcanzado un desarrollo importante que haga que eso se consolide y dé frutos más duraderos y estables. El otro problema, que entremezcla dimensiones políticas y culturales, es que hay mucho conservadurismo. La Argentina es un país conservador, Buenos Aires es una ciudad conservadora, y sus gobiernos son conservadores y no arriesgan, entonces prefieren repetirse, tomar fórmulas que más o menos han dado algún resultado y volver a hacerlas a ver qué pasa, negándose a ser experimentales".

Con Florence Baranger, estuvo al cuidado de la...

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