Un liderazgo debilitado en un país polarizado

RÍO DE JANEIRO.- La presidenta ganó , pero de aquí en adelante se le presentan cuatro años difíciles, con casi la mitad del país que expresó en las urnas su insatisfacción con el statu quo y una oposición política muy fortalecida.

En el análisis de los de ayer en las urnas, lo primero que llama la atención es el altísimo porcentaje con el que la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) venció en el norte y el nordeste del país: rozó el 70% en la mayoría de los estados de esas áreas, y en algunos, como Maranhão y Piauí, superó el 78%.

Se trata de los sectores menos avanzados de Brasil, donde se concentran los beneficiarios de los programas sociales que en los últimos 12 años lograron sacar a casi 40 millones de personas de la pobreza y crear una emergente clase media.

"Se trata de una masa electoral que votó con el corazón, leal a la atención que le ha dado el PT todos estos años, y con el bolsillo, cuidando de que nada ponga en riesgo los beneficios que recibe. Es gente a la que no le importan las cuestiones macroeconómicas ni los escándalos de corrupción; su vida cambió para mejor en la última década, y pese a que hoy las cosas no están bien, no quiere arriesgarse a volver atrás", dijo a LA NACION Alexandre Gouveia, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia.

La feroz campaña del PT siempre resaltó ese riesgo ante un eventual triunfo del socialdemócrata Aécio Neves, y los 85 millones de brasileños que reciben algún tipo de ayuda social prestaron atención al mensaje.

En contraste, en el sur y el sudeste del país, las regiones más desarrolladas de Brasil, se impuso el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

Incluso en el estado de San Pablo, que sufre problemas de abastecimiento de agua por la sequía, Aécio ganó con el 64,3% de los votos frente al 35,7% de Dilma.

La gran excepción, que representa el mayor error de la campaña de Aécio, fue lo que sucedió en Minas Gerais, estado del que fue gobernador dos veces (desde 2003 hasta 2010), y del que salió con un 92% de popularidad. Desde el comienzo de la contienda Aécio daba por seguro su triunfo en su tierra natal e hizo muy poco para volver a ganarse la confianza de los mineros, pese a que ya en la primera vuelta electoral Dilma había salido victoriosa en el estado, segundo mayor distrito electoral del país. Ayer, la mandataria cosechó allí el 52,4% de los votos frente al 47,6% del ex gobernador, y se confirmó así el dicho que apunta que quien...

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