El ejemplo para la Argentina del Pacto por México

La dirigencia argentina debe velar para que el final del actual ciclo político no termine convirtiéndose en el final de la República. Al margen de los graves problemas socioeconómicos que afronta hoy el país, los argentinos estaremos el año próximo ante un enorme desafío: el de reconstruir las instituciones republicanas y sus principios fundamentales, vulnerados por un gobierno que se amparó en la legitimidad de origen que le confirió el resultado de las urnas para violentar la división de poderes, minar la seguridad jurídica y poner en juego garantías y derechos constitucionales.Emprender semejante tarea de restauración de los principios de la República requiere que las fuerzas políticas que hoy expresan su inquietud por el lamentable rumbo que ha tomado el kirchnerismo trabajen activamente en la búsqueda de consensos, tendientes al diseño de políticas de Estado. Esto exigirá de sus dirigentes la superación de la fragmentación y de cualquier mezquindad política.Ese esfuerzo, que no debería apuntar simplemente a ganar una elección presidencial, sino a garantizar un gobierno exitoso en el período que se abrirá en diciembre de 2015, encuentra un especial justificativo: el próximo presidente de la Nación, quienquiera que sea, heredará problemas mucho más graves que los de hoy.Frente a este imperativo, y ante los negativos recuerdos que nos provoca el último intento argentino de gobierno de coalición, entre 1999 y 2001, el Pacto por México, instrumentado exitosamente en los 22 meses que lleva en el poder el presidente Enrique Peña Nieto, aparece como un modelo que nuestros dirigentes podrían estudiar e intentar imitar.Como recuerda el analista Rosendo Fraga, tras 71 años de gobierno a cargo de una fuerza populista, como el Partido Revolucionario Institucional (PRI), México pasó a ser gobernado, entre 2000 y 2012, por el centroderechista Partido de Acción Nacional (PAN), que buscó imponer una serie de reformas sin éxito por carecer de las mayorías parlamentarias suficientes. Ese último año, el viejo PRI retornó al poder de la mano de Peña Nieto, pero con un programa reformista que tomó algunos de los puntos que quedaron como asignaturas pendientes para el PAN.En torno de esas...

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