La vergonzosa contratación del ex juez Garzón

La Cámara de Diputados de la Nación recibió un grotesco proyecto de ley –motivo de crítica en nuestro editorial del pasado 27 de abril, prohijado, entre otros, por los diputados Héctor Recalde, Juliana Di Tullio, Carlos Kunkel, Eduardo De Pedro, Andrés Larroque y Juan Cabandié. Su absurdo propósito es la creación de una comisión bicameral que investigue presuntas relaciones civiles y económicas durante el último régimen militar, sugiriendo que, en tiempos de los gobiernos "de facto", habría existido alguna participación intencional y hasta colaboración de empresarios que supuestamente, según los autores de la sesgada iniciativa, se habrían visto beneficiados. La labor de la comisión propuesta violentaría el artículo 18 de la Constitución, según el cual ningún habitante de la Nación podrá ser juzgado por "comisiones especiales", al tiempo que estaría orientada a producir un informe con recomendaciones que resultaría más cercano al revanchismo que a la imparcialidad deseada.Algunos indicios permiten advertir en ese proyecto la mano de Baltasar Garzón, el ex juez español que fue condenado a 11 años de inhabilitación y expulsado de la carrera judicial por el Tribunal Supremo de su país, por sus actos arbitrarios en una causa judicial en la cual se investigó un hecho de corrupción pública.La sentencia en su contra, por el gravísimo delito de prevaricato, es meridianamente clara y dura en tanto recayeron también sobre él las costas, sanción adicional e inusual que evidencia el profundo disgusto de la justicia española frente a la autodescalificante violación del debido proceso legal en la que incurrió el ex juez. Desde estas mismas columnas lo hemos denunciado por haber excedido el marco legal de actuación de un magistrado, haciendo gala de una altísima exposición, incompatible con la que fuera su investidura, que supo poner al servicio de sus ambiciones políticas personales.Desde entonces, Garzón ha trabajado intensamente fuera de España, adulado, endiosado y estimulado por la antipática mezcla de audacia y vanidad que lo caracteriza y trasladó el escenario de sus publicitadas actividades a América Latina. El presidente boliviano, Evo Morales, le ofreció conducir el proceso de reforma judicial de su país. En Colombia, el ex juez protagoniza una controversia relacionada con incumplimientos de un contrato suscripto para realizar una serie de entrevistas en televisión, además de no haber cumplimentado los trámites reglamentarios...

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