También golea sin avisar

A diferencia de otros muy buenos partidos de River, en los que el triunfo cómodo y amplio se venía venir, la goleada de ayer fue sin aviso previo. No sólo no fue anunciada, sino que cuando promediaba el segundo tiempo hasta estuvo seriamente en riesgo el exiguo 1-0.Gallardo está aprobando todas las materias de técnico. Además de interpretar bien la formación inicial, también es rápido de reflejos para hacer las correcciones que demanda el desarrollo. Belgrano se le venía encima en el segundo tiempo. Ya no tenía sentido el planteo conservador con que había ido al Monumental. River aflojaba en todos los sentidos que lo distinguen: intensidad, posesión, precisión, agresividad.La amenaza de Belgrano se acrecentó con el ingreso de Rigoni por Velázquez, por la izquierda. En la primera que tocó el reemplazante cordobés, lo puso en situación de gol a Pereyra; Barovero evitó el empate con una atajada abajo. Tres minutos después, otra vez apareció Rigoni, gambeteó en el balcón del área y sacó un remate al que Barovero respondió como si fuera el Pato Fillol.River se desinflaba. El pibe Solari no podía con Rigoni y Maidana se multiplicaba para tapar agujeros en la defensa. A la cancha Mercado, se terminó el descanso para un indiscutido. Ya había salido Pisculichi, que nunca encontró el hilo del partido. Había que levantar desde el banco a un equipo que se caía en la cancha. Quizá por una mezcla de cansancio, tanto físico como mental, ya que la paliza que se pega en esta seguidilla de compromisos en algún momento puede pasar factura. De vuelta de la gira con el seleccionado de Colombia, Teo Gutiérrez había entrado muy poco en juego. En el primer tiempo no encontró espacios entre las apretadas dos líneas de cuatro de Belgrano. Y en el segundo no le llegaba la pelota. Sólo se hacía notar por los roces y provocaciones habituales que intercambia con cada rival de turno. Era un candidato firme a salir, pero Gallardo lo mantuvo y sustituyó a Mora, que había estado más activo, aunque también lejos del gol.Belgrano había cambiado completamente el libreto con el ingreso de un delantero (Furch) por un volante (González). River aguantó el temporal y se empezó a recomponer desde el lateral derecho que reforzó. Por ahí surgió Carlos Sánchez con uno de sus típicos sprint de velocista; desborde y centro para una...

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