River también disfruta de la juventud, que pisa fuerte

River vuelve a ser River fue más que un slogan. Con la elección de Marcelo Gallardo como reemplazante del renunciante Ramón Díaz, se levantó la histórica bandera futbolística, mientras los juveniles recuperaron el brillo de los días de esplendor, cuando crecían a la sombra de figuras de la talla de Francescoli, Salas, Ortega... La Copa Sudamericana y el campeonato registran el sello que siempre caracterizó al club; los goles de Sebastián Driussi y Giovanni Simeone, en Paraguay, y la presencia de Lucas Boyé desde el arranque en más de una decena de partidos en el semestre, es el resultado de una apuesta que lideró el Muñeco, que no se desesperó cuando Teo Gutiérrez y Rodrigo Mora quedaron como únicos delanteros de experiencia en el grupo.Una sonrisa se dibuja en el rostro del técnico, que mueve piezas y todas responden. "A veces salen bien y a veces salen mal. Me pone contento, los más jóvenes están haciendo sus primeros pasos y necesitan de tiempo de maduración", comentó Gallardo, después del atípico partido en Asunción, con dos interrupciones por fallas en el suministro de energía eléctrica; con un penal errado por el rival…La irrupción de juveniles es una característica de River, que le aporta históricamente jugadores a los seleccionados argentinos. Esta realidad contrasta con la etapa oscura de la institución, en la que los chicos debutaban sin contención, debían tomar responsabilidades y absorber presiones que no se ajustaban a la edad. Driussi, Simeone, Boyé, Mammana, Guido Rodríguez… disfrutan, acompañan, sin la obligación de ser quienes tiran del carro. Cuando River peleó por no descender o cuando jugó en la primera B Naciona, Lucas Ocampos, Erik Lamela, Roberto Pereyra, Manuel Lanzini, Leandro Chichizola, los mellizos Rogelio y Ramiro Funes Mori… debieron acelerar la etapa de crecimiento. La inconsistencia propia de la edad provocó que los dominara la irregularidad y, aunque demostraron su jerarquía, el club no los disfrutó en su esplendor.La operación de Cavenaghi, por una bursitis en un dedo del pie derecho, y la decisión de desvincular a Trezeguet les dio espacio a los juveniles. A excepción de Boyé, el resto ya tenía rodaje: Simeone saltó al ruedo ante la demora en las habilitaciones de Mora y Teo, bajo la tutela de Ramón, en el Inicial 2013; el riojano también le dio una oportunidad a Driussi, ya en el cierre de aquel torneo, para que tuviera su bautismo. Pero fue Gallardo quien los respaldó.Cada uno desanda su camino, escribe su página...

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