Salta, la otra ruta del vino

CAFAYATE.- Serán unas seis o siete las motos de colección que suben la cuesta que une Cafayate con Yacochuya en la porción salteña de los valles Calchaquíes. Puede que sean más, pero a su paso por el pedregoso camino de tierra las cromadas máquinas levantan una nube de polvo que impide saber a ciencia cierta cuántas son las figuras que, prolijamente ataviadas en cuero negro, atraviesan los viñedos de torrontés y tannat, con los cerros salpicados de cardones de fondo. No hablan castellano. Eso queda claro cuando, ahora sentado en la terraza del restaurante de la bodega Piattelli Vineyards, con vista a Cafayate y a la Quebrada de las Conchas, uno de los easy rider pide la carta de vinos."Está creciendo el número de extranjeros que nos visitan -dice Mariela Ilardo, hospitality manager de Piattelli, bodega cuyo moderno edificio parece salido del californiano Napa Valley-. En su mayoría son europeos, pero también de países limítrofes [principalmente Brasil] y en menor proporción de los Estados Unidos. Es un turista más exigente que hoy encuentra en Cafayate una infraestructura que se está adaptando para ofrecer un servicio acorde con sus necesidades". Ignacio Velasco, gerente general de la bodega Finca Quara, coincide: "Cafayate ha cambiado muchísimo en los últimos años. Siempre tuvo un alto porcentaje de turismo gasolero o mochilero, pero la aparición de hoteles de categoría 5 estrellas se ha acompañado de un proceso de desarrollo de servicios para un turismo que busca un mayor nivel de confort".Bajo este cielo de un intenso azul, atravesado de a ratos por lentas nubes que parecen recostarse sobre los cerros, es posible jugar al golf en una cancha de 18 hoyos reconocida como una de las 10 mejores de la Argentina, visitar una colección de arte contemporáneo norteamericano, ver un abierto de polo o disfrutar de propuestas gastronómicas que reformulan la cocina andina. Hoy todo eso forma parte de la ruta del vino salteña -o ruta del torrontés de altura- que, con epicentro en Cafayate, se extiende hacia el Sur, conectando con Tolombón y El Divisadero, hacia el Oeste con Yacochuya, y hacia el Norte en San Carlos, Molinos y Cachi. Entre 2008 y 2012, esta ruta experimentó un incremento del 391% en el número de visitantes.Los productos regionales y las artesanías siguen siendo parte de la propuesta turística, no han dejado de concentrar la atención las formaciones geológicas de la Quebrada de las Conchas, y los hostels y campings desbordan en temporada alta...

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