Las ONG, en la mira del Gobierno

Las organizaciones no gubernamentales (ONG) independientes del oficialismo vienen sufriendo diversos actos de hostigamiento por parte del gobierno nacional.Existen dos conceptos rectores que distintos funcionarios gubernamentales recitan como dogmas a los dirigentes sociales: el primero es que el Gobierno sólo tiene interacción con las organizaciones que apoyan el modelo. El segundo señala que de la agenda social ahora se ocupa el Estado; por lo tanto, las organizaciones sociales ya no son necesarias. Lo dañino de ambos dogmas es que no sólo adornan el discurso gubernamental, sino que inspiran un menú de acciones que restringen los espacios de intervención de las organizaciones y ponen a la sociedad civil en un estado de total indefensión.Hay exceso de discrecionalidad en el manejo de los recursos públicos, que se emplean para cooptar organizaciones, como en la entrega de subsidios a cambio de obediencia, o para convertir a las entidades que apoyan al Gobierno en una suerte de ministerios paralelos, como hizo el Ministerio de Planificación con la Fundación Madres de Plaza de Mayo, al poner millones de pesos del presupuesto público en manos de los hermanos Schoklender, hoy investigados por la Justicia. La lógica parecería ser: nada de recursos públicos para quienes no apoyan, dinero con condiciones para los que dudan y cheques en blanco para los adeptos.Abunda la indolencia frente a la necesidad de definir políticas públicas y nuevas leyes, que les aseguren a las organizaciones de la sociedad civil un marco legal, impositivo y laboral que permita formalizar a la mayoría de las entidades que hoy operan en la informalidad por no poder cumplir con las exigencias de la normativa. Ausencia de incentivos fiscales que amplíen la cultura filantrópica, negación de marcos legales que faciliten la tarea y formalización de las organizaciones sociales y extrema superposición administrativa entre la IGJ, la AFIP y la UIF son algunas de las barreras burocráticas que deben sortear las organizaciones sociales. Reformar la ley de ganancias, que permite deducir donaciones orientadas a beneficiar a los partidos políticos, pero impide desgravar si se dona a un comedor comunitario, articular a los organismos de control para que las ONG aporten información de manera coordinada y no superpuesta, y reglamentar la figura jurídica de simple asociación, que permitiría formalizar a cientos de organizaciones de base y movimientos sociales son tareas pendientes de un gobierno que dejó de...

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