Holanda: lista para más que un cuento de hadas

AMSTERDAM.– http://ww.lanacion.com.ar/1575548-holanda-ya-vive-una-gran-fiestala entronización del http://www.lanacion.com.ar/maxima-reina-de-holanda-t49058más que una ceremonia, es una forma de vida.Para el hambre, está el queso Corona, el chocolate Willem-Alexander y, en honor a la popular Máxima, los alfajores de maicena anaranjados. Para la sed, la cerveza Abdicación. Para viajar, los trenes naranjas. Para el vicio, en una ciudad legendaria por permitirlo abiertamente, las semillas de marihuana Royal Queen. Y para vestirse están las remeras (naranjas, obviamente) con la cara del futuro rey sobre la leyenda "Yes, I can!", robada a Obama y destinada a alejar las dudas que, en un momento, rodearon la capacidad del príncipe para suceder a su madre.Faltan cinco días y Amsterdam ya parece lista para la asunción de Guillermo de Orange y la argentina Máxima.La ciudad se engalana, la parafernalia y los suvenires florecen, los príncipes de una de las casas reales más respetadas de Europa viven momentos de "nervios saludables", Beatriz cierra su agenda como reina, los holandeses vibran.Pero detrás del cuento de hadas hay bastante más realidad que fantasía. Y, en plena crisis europea y después del trauma de las bombas en la maratón de Boston, la seguridad y la economía desvelan al gobierno de un país que va por el segundo año consecutivo de recesión."Mire, mire los colores. ¿No es lindísimo? ¡Va a ser un gran día! Ellos [por Guillermo y Máxima] son tan simples y simpáticos", exclama ante LA NACION Jeroen, de 49 años, mientras sale a la puerta de su negocio de suvenires y señala al Dam, plaza central de Amsterdam y el escenario de la entronización.De la misma manera que el entusiasmo de Jeroen esconde su desinterés de toda una vida por la monarquía, la vivacidad del Dam oculta la ansiedad oficial por evitar ataques como el de los hermanos Tsarnaev, la semana pasada en Boston, o el de Karts Tates, que estrelló su auto contra la multitud en Apeldoorn, el 30 de abril de 2009, mientras pasaba el ómnibus con la familia real.Rodeado por el Palacio Real y la Nueva Iglesia, escenarios de abdicación de Beatriz y la asunción de Guillermo, respectivamente, el Dam es pura energía. Entre los miles de habituales turistas, se mezclan trabajadores municipales que limpian sus monumentos o montan estandartes con las iniciales de Guillermo y Máxima en los edificios lindantes mientras técnicos de TV instalan los equipos para la transmisión del martes.La plaza, donde entran unas 25.000...

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