V
Autor | Eduardo Jorge Arnoletto |
Páginas | 182-186 |
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que Tomás Moro le dio a una sin-
gular obra suya que describe la
vida de un pueblo imaginario en
una isla desconocida para los eu-
ropeos. Este género literario luego
tuvo muchos imitadores. Aparen-
temente las utopías son intentos
de descripción de ideales políticos
de improbable o imposible realiza-
ción; pero ellas admiten también
una segunda lectura, y bajo la
aparente inocencia de una des-
cripción fantasiosa de costumbres
de pueblos desconocidos, des-
arrollan una aguda y corrosiva crí-
tica a las costumbres de otros
pueblos, bien conocidos y cerca-
nos...Las utopías contienen, en
sus ropajes de ilusión, una aspira-
ción de cambio y un fermento de
acción. Ahora bien, pese a su as-
piración humanista de justicia, las
utopías son sospechosamente di-
rigistas, hostiles a la naturaleza,
simétricas, uniformes, austeras, y
creen demasiado en el poder
transformador de la educación, sin
duda porque sus autores percibían
su época como caótica y asocia-
ban fuertemente la libertad con el
orden...De todos modos, mientras
los mitos han de ser tomados o
dejados en su totalidad, las utopí-
as pueden ser desmontadas en
sus elementos componentes y
aplicadas parcialmente; por esta
razón los mitos suelen estar en el
origen de las revoluciones, mien-
tras que las utopías suelen ser
factor promotor de procesos de
reforma social.
VALORES POLITICOS: Una bue-
na síntesis de los valores políticos
básicos es la lista de ocho valores
elaborada por Lasswell: poder,
ilustración, riqueza, bienestar,
habilidad, afecto, rectitud y respe-
to. Ellos están conceptualizados
en los lugares correspondientes
de este glosario. Esos serían, en
última instancia, los valores políti-
cos sustantivos. Otros valores son
instrumentales, porque se refieren
al modo en que queremos disfrutar
de esos valores básicos. Son la
seguridad (que se refiere al hecho
de que no solo disfrutamos ahora
de un valor sino que podemos
hacerlo con tranquilidad porque
nadie ni nada va a cuestionarnos
ese disfrute y razonablemente po-
demos esperar seguir disfrutándo-
lo en el futuro); y la libertad (que
implica ausencia de restricciones,
pero también presencia de la opor-
tunidad y capacidad para actuar;
es decir, libertad en acto y no solo
en potencia).
VALOR PUBLICO: La finalidad
del trabajo directivo en el sector
privado es ganar dinero para los
propietarios, mediante la produc-
ción de bienes y servicios vendi-
bles con ganancia. La finalidad del
trabajo directivo en el sector públi-
co es crear valor público. El Go-
bierno debe ser visto como un
sector cuyo objeto es crear valor, y
que esta es la razón de su trabajo
y la justificación de su interven-
ción.
(E.Arnoletto, EAE, 2012)
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