2014: otro año al borde del precipicio

El año que hoy concluye deja un sabor más que amargo para los argentinos. En el balance no puede obviarse que de muy poco han servido las terribles lecciones de otros tiempos no muy lejanos: nuestros gobernantes siguen tropezando con las mismas piedras del pasado y han puesto al país, una vez más, al borde del precipicio.

2014 podría sintetizarse como el año en que los argentinos volvimos a convivir con la palabra default. También, como el año en que tomamos conciencia de que el , ese enemigo que hasta no hace mucho parecía reservado a México o Colombia, ya está entre nosotros.

Ha sido el año en que los llegaron al corazón mismo de la Casa de Gobierno, no sólo por las múltiples causas judiciales que comprometen al vicepresidente Amado Boudou, sino también por los oscuros negocios hoteleros que han tenido como protagonista a la propia familia presidencial.

Como una derivación de los problemas judiciales que mantienen los más importantes funcionarios del gobierno nacional, para no hablar de otros casos que involucran a representantes del oficialismo de menor jerarquía, los últimos meses han sido testigos de la embestida final del Poder Ejecutivo contra la Justicia y también contra los medios de comunicación que han procurado alejarse del cada vez más inverosímil relato oficial.

Si bien, como lo venimos sosteniendo desde esta columna editorial, el kirchnerismo se ha preocupado siempre por la construcción de un proyecto de poder antes que por la edificación de un proyecto de país, pocas veces como en 2014 hubo tantas evidencias de los intentos de este grupo político de colonizar el Poder Judicial para consolidar un estado de impunidad. Desde el propósito de convertir al Ministerio Público Fiscal, con Alejandra Gils Carbó a la cabeza, en un apéndice de la fracción gobernante, pasando por la persecución de fiscales independientes como José María Campagnoli, hasta la promoción de jueces subrogantes sin mayor experiencia, pero alineados con el oficialismo, sirven para ilustrar esa triste realidad, que da cuenta del nulo interés en que se respete el principio de división de poderes.

Se suma a todo esto la desacertada reforma del Código Procesal Penal, con la cual se desaprovechó la oportunidad de incorporar figuras modernas que hubieran sido útiles para la investigación y el esclarecimiento de delitos complejos.

El avance sin tregua del narcotráfico sobre el territorio argentino se ha producido tras años de pasividad e indiferencia de las...

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