El 18-F, una daga clavada en el corazón

La ridícula que le hizo ayer Pollicita -otro fiscal en busca de 15 minutos de fama- no nos preocupa. No es una medida judicial. Es una estrategia de marketing de cara a la marcha del miércoles. Ésa sí que nos ha puesto a parir. Esta semana no hubo un solo funcionario o militante que no me haya hablado de eso. empezó siendo una espina y ahora es una daga: va camino de convertirse en la mayor concentración opositora que jamás hayamos tenido. Menos mal que en La Cámpora reaccionamos. Se nos ocurrió pedirles propuestas a nuestras principales espadas. Lo que es tener gente bien retribuida. En un par de horas nos llovieron ideas. Algunas son un tanto descabelladas, pero lo importante es que hay material para presentar batalla. Así nos encontrará el miércoles: en la trinchera, mientras nuestra comandante dirige el combate desde su cuartel general de El Calafate.

Como dije, hay propuestas para todos los gustos. Los más belicosos se inclinan por acciones de efecto rápido. D'Elía se ofrece a decir que es una temeridad que se reúna tanta gente cuando acaban de robarse un misil y fusiles FAL y nadie sabe contra quiénes van a ser usados. A Hebe le gustaría que la seguridad de la marcha sea puesta en manos de Quebracho, pero no con los palos que llevan siempre, sino con misiles y FAR. En la retaguardia, barrabravas. Y por detrás, como ultísima reserva, la división Puerto Madero de La Cámpora. No serán unos temibles guerreros, pero son muchos y están bien alimentados.

Capitanich opina que una gran jugada sería que a la misma hora de la protesta haya un discurso en cadena de la Presidenta. "Nadie va a querer moverse de su casa", dice. No lo dice para que se haga, sino para que se lo cuenten a Cristina. Estoy seguro de que Coqui de chiquito se sentaba en primera fila enfrente de la maestra.

Generoso, Randazzo ofreció los nuevos vagones del Mitre para volver a inaugurarlos el miércoles en la Plaza de Mayo. Una maniobra de distracción espectacular. Eso sí, da miedo: creo que después de esta serie ininterrumpida de inauguraciones, a esos coches les va a costar dejar una vida de fiestas y honores para ponerse a llevar gente.

Distraer, de eso se trata. Cristina dio el ejemplo en su discurso del miércoles, cuando habló de buitres, de malos empresarios, de declaraciones juradas (la de Scioli) y de una fábrica de cosméticos que va a contrarrestar el desempleo con la contratación de 120 personas. De cualquier cosa menos de Nisman. También contó que Máximo compró una...

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