15 años de Google en la Argentina: los pormenores menos conocidos de la compañía que se quedó con la web

Uno de los vehículos que utiliza Google para registrar las imágenes para Street View, frente al Congreso de la Nación; una de las claves del poderío de la compañía es su obsesiva diversificación, pero no es la única

Todas las grandes compañías de tecnología han atravesado uno o más momentos de crisis terminal. IBM, en el fatídico balance de 1993, informó pérdidas por 8000 millones de dólares (16.000 millones de hoy) y dejó en la calle a 50.000 empleados de su colosal nómina de más de 400.000. Microsoft se vio ante el abismo al menos dos veces: cuando no supo ver la importancia de la web (y Netscape le ganó de mano, al menos por un tiempo) y cuando tampoco vio la revolución móvil . En el primer caso, ganó la así llamada batalla de los browsers a fuerza de billetera; en el segundo, necesitó reinventarse por completo.

Microsoft fue uno de los salvavidas de que echó mano Apple, cuando también enfrentó su desastre corporativo, en 1997 . Steve Jobs, convocado para el rescate, aceptó apalancar el Internet Explorer en las Mac a cambio de 150 millones de dólares; lo abuchearon, cuando invitó a Bill Gates a una de sus conferencias. Pero con un instinto infalible salvó a la compañía y la convirtió en una de las más valiosas del planeta. Hoy se disputa ese puesto con -vaya- Microsoft.

Yahoo! desaparecería luego de languidecer durante muchos años, por una constelación de razones, pero sobre todo por la aparición de un recién llegado insolente e inesperado: Google. Ya volveremos al buscador web, que es el protagonista de esta historia.

Sun Microsystems , una de las empresas que crecieron desmedidamente durante la burbuja puntocom, fue absorbida por Oracle , hoy en serios problemas; la célebre Silicon Graphics, como IBM, fue atropellada por el tren de la PC . Es decir, por Intel+Microsoft (Wintel, se los llamaba en esa época). Intel también tropezaría de forma calamitosa cuando no quiso diseñar el cerebro electrónico para los iPhones . "No nos va a dejar ninguna ganancia", adujeron. Miopía nivel Dios que no parecer haberse corregido, al punto de que esta organización, de las más emblemáticas y respetadas de la informática, hoy se enfrenta con lo que algunos califican de Momento Kodak .

Y sigue la lista. Porque donde uno mire, encuentra compañías que pasan (a veces, muy rápidamente) de ser todopoderosas a mendigar una bancarrota indigna. O, cuando menos, de acercarse peligrosamente a un escenario de crisis. Facebook , por ejemplo, luego de más de una década de dominar el ecosistema de las redes sociales con puño de hierro, chocó contra un TikTok que parece imparable (parece, no es), más el estancamiento de su población de usuarios y la primera pérdida en ingresos de su historia. Ah, y su respuesta es una vaporosa apuesta a algo llamado Metaverso .

Así que la regla en este negocio es que todas las compañías pasan por alguna crisis más o menos grave y, en general, la resuelven con una reinvención más o menos inteligente. O desaparecen. A todas les ha ocurrido. A todas, salvo a Google.

Es uno de los rasgos que ponen aparte esta empresa de internet, técnicamente un gigantesco broker de publicidad , nacida un poco por casualidad y un poco porque éramos todos tan jóvenes y la Red era un territorio tan nuevo que, dale, fundemos Google . El único momento en el que se acercaron a la posibilidad de la bancarrota, lo que habría sido un terremoto sin precedente en Wall Street, fue con la crisis financiera global de 2008/2009. Pero lograron sortearla.

El relato

Pero este evadir siempre los misiles es todo un dato para entender el misterio Google. ¿Misterio? Sí. La vi nacer, y de entrada fue...

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